Por Lara E. Franco

Hace rato que en el sur de Mar del Plata pasan cosas importantes, y mientras algunos se ocupan de invertir en nuevas obras, hay un soñador que tejió redes para que una de las construcciones más importantes de la década del 50 vuelva a brillar. Hablo de la Torre Alfar y de Leo Aldacour, quien nos abrió las puertas de este emblemático lugar para contarnos sus proyectos y mostrarnos el potencial que tiene este patrimonio histórico, cultural y artístico de Mar del Plata.

La construcción del lugar se proyectó como hotel-casino en 1948, en un punto de la ciudad en donde en ese momento el centro estaba muy alejado de la zona. Pero, ante la imposibilidad de conseguir las cuestiones necesarias para habilitar el casino, pasó a funcionar como propiedad horizontal.

Un accidente aéreo marcó su inauguración, es que el día previsto para realizar la apertura en 1951 se decidió por orden del directorio posponer la cuestión. Dos de sus ingenieros constructores (Bruno de Mendiguren y Juan Salinas), decidieron regresar en avión desde Mar del Plata a Capital Federal para pasar el Año Nuevo en familia, pero su avión se estrelló cuatro minutos después de despegar.

Esta tragedia marcó el inicio de su historia y agregó diversos condimentos, ya que además, se han registrado algunos hechos paranormales. 

Por fuera es un lugar impresionante, pero por dentro, lo es aún más. Se ve a simple vista la prosperidad económica que tuvo el país y la expansión del turismo en la ciudad. También, los materiales: pasaron muchísimos años desde entonces y la madera, los pisos, las paredes, todo está igual. Hace falta un poco de amor, dinero y valentía para recomponer lo que alguna vez fue: una maravilla de la arquitectura.

 

¿Quién es el impulsor?

“Fui declarado embajador turístico de Mar del Plata, nombrado en 2001 por Carlos Patrani. También fui 7 veces campeón iberoamericano de snowboard y jurado de los X Games, soy el presidente del Comité organizador de Deportes Alternativos Iberoamericanos. Hice muchas cosas acá vinculadas a la música electrónica y al entretenimiento, también estuve en el Costa Cannabis con la parte musical”, contó Leo Aldacour a MdpYa.

Reconoce que le gusta mucho la zona sur y por eso hace tiempo que puso sus objetivos en el Edificio Alfar. Pero, ¿cómo era en 1950? “Esta zona era puro campo, trajeron 200 palmeras y 20 camellos para realizar paseos, lo que hoy se conoce como La Caseta, La Reserva, Playas del Balcón, todas las playas del sur eran el parque de este hotel. En este lugar funcionó el comedor más lujoso de las playas argentinas y tuvo uno de los mejores pianos del mundo, que fue vendido por el precio de un pancho y una coca, cuando me enteré de esto me quise matar y puse manos a la obra”, detalló Leo Aldacour.

Mientras avanzamos por el edificio todo llama la atención: hay mármol, acero inoxidable, piedra Mar del Plata, cobre, bronce y una madera que con una simple lustrada, refleja todo.  Ni hablar de la vista que es espectacular. Los vidrios son muy gruesos y casi no hay luminarias porque el edificio está pensado para que la luz natural invada cada parte. También, hay una cuestión naval que se nota a simple vista.

“Este es un lugar que defino como Moby Dick, nadie se animó, solo yo que estoy loco mal”, contó entre risas, y nos detalló que hace algún tiempo, cuando todavía la idea no estaba muy definida, entró con un conocido que estaba instalado en la Torre Alfar para conocerla por dentro y se enamoró del edificio.

Como si todo lo mencionado fuera poco, en el lugar también se encuentra una caja fuerte del mismísimo Jorge Luis Borges “que nunca fue abierta”. A raíz de esto, Leo quiere poner en el último piso un Sky Bar que lleve el nombre de Kodama, en honor a María Kodama Schweizer, escritora y esposa de Borges. Además, hay un mural muy grande de Juan Carlos Castagnino  (pintor, arquitecto y dibujante argentino).

Te compartimos un video de la obra De Castagnino

 

Cómo llegó hasta aquí

“El que no llora no mama” dice el dicho, y Leo lo sabe, por eso nos contó que “rompió tanto” que logró llegar a los propietarios del consorcio de la Torre Alfar. “De 92 votos que había, tuve 92 positivos, esto no pasa seguido, imagínate”, dice entre risas y agregó que quiere “agradecer a todos ellos, quienes le permitieron acceder a esta restauración y puesta en valor, son 92 héroes sin capa, son propietarios que tomaron la decisión más difícil que fue compartir su tesoro con el mundo”, reconoció.

El empresario comentó que busca abrir las puertas para que este sitio histórico sea para locales pero también para el turismo internacional. “Mar del Plata no tiene turismo astronómico, queremos instalar un telescopio en la terraza. Yo quiero hacer algo que requiere de mucha inversión, sé que voy a abrir como salón el primer piso y el sexto, quiero que la gente lo conozca para que lo pueda apreciar. Más adelante tengo ganas de hacer un terrible restaurant con salón para eventos, y en el último piso un Sky Bar, con view 360 para poder hacer fotos, videos, para que haya propuestas de casamiento, todo, yo quiero que esto sea 14 de febrero todos los días, también quiero poner una champanery, quiero un lugar especial”, adelantó.

Sobre el patrimonio

Ante tanta pérdida de patrimonio cultural que sufre Mar del Plata, MdpYa le consultó si iba a preservar cuestiones vinculadas al espacio: su madera, estructura, su esencia. “Si, donde hay mármol va a quedar mármol, donde hay acero inoxidable va a quedar acero inoxidable. Quiero recuperar el espacio y volver a  la identidad que tiene Mar del Plata, quiero transformarlo nuevamente en un icono, como lo es la Torre Eiffel a Paris  o el Empire State a Nueva York.”

Leo asegura que el lugar tiene mucha historia: hay mármol, pinotea, bronce y cobre, entre tantos materiales, y todo tiene un costo a la hora de recuperar los materiales, “pero esa historia hay que cuidarla”. “Quien puso todo esto falleció en el avión, ellos no lo pudieron ver y después se cerró. Yo quiero que este olvido se acabe acá, que haya un horario para venir a comer, desayunar, y quiero hacer todas las noches la despedida del sol, con DJS”.

 

Sobre cómo recuperar el lugar, explicó que todo depende de la inversión que se pueda hacer, y mencionó que si está sólo él a la hora de pasar la tarjeta, “me gustaría hacer un hidrolaqueado al piso, pintar los techos, etc. La idea es abrir el salón y poner un buen catering con empleados, yo quiero hacer el cascaron y quiero conseguir inversores que estoy seguro, los voy a encontrar para poner todo como se merece”, dijo con entusiasmo.

Sobre la zona en el que está ubicado el “Palacio Alfar”, como él lo quiere nombrar, opinó que le faltan lugares para cenar, y por eso apuntó a que este lugar será una solución y una opción más para quienes buscan ampliar la oferta culinaria de calidad. También, recordó que en la zona hay gran cantidad de countries que han crecido tras la pandemia, y es un sector al que también quiere apuntar.

¿Cuáles son los tiempos?

Leo sacó cuentas y dice que en un mes y medio o dos, estaría la cosa: “Quiero abrir las puertas para que la gente lo conozca, no para disfrutar de una super comida, pero quisiera abrir el complejo para que lo conozcan los colegios de Mar del Plata, y también los arquitectos e ingenieros porque es tremendo el lugar, quiero que la prioridad la tenga Mar del Plata para sacar fotos, videos y para disfrutar”.

Le consultamos cómo está el tema de papeles: “La habilitación está en tramite e incluye gastronomía, baile y juego. Nos gustaría volver a lo original del lugar que fue hacer un casino con barra y bingo, nos gustaría que si un día Mar del Plata se transforma en Las Vegas, tenga la puerta abierta para que esto sea un casino, es la habilitación más alta, se presentó hace poquito”.