Por Adriana Derosa.

Los centros culturales independientes de Mar del Plata son numerosos, y en ellos se realiza la mayor parte del teatro independiente local. Variados en sus estilos, estéticas y programaciones, se alinean hacia la difusión de unas actividades variadas, que comprenden tanto esas funciones de teatro o cine independiente, como talleres y muestras de arte.

Entre ellos, el Galpón de las Artes es un sitio por demás singular. Funciona en una casona antigua de Jujuy al 2755, con una enorme galería techada, árboles y verde. En las noches suele funcionar una parrillita con un perfume embriagador que compite con las flores y la tierra mojada. Además, recientemente ha sido objeto de una nueva reforma y mejoras que lo han embellecido aun más.

En cuanto a su funcionamiento, es pionero en su posición de considerar el arte como un derecho: allí se trabaja sin barreras de boletería. Es decir que usted reservará su entrada, ingresará por un número que se otorga  por orden de llegada, y al salir realizará una cooperación solidaria que – si puede- tendrá el valor de una entrada. Pero si usted no puede, el teatro igual es para usted. Le corresponde y ha sido concebido pensando también en usted, aunque no disponga del dinero que cuesta una entrada de teatro.

En esta ocasión, el martes pudimos asistir a la función de “Quién traerá el alba”, que es una experiencia poética e inmersiva que juega con la ensoñación y las imágenes oníricas. Juega con la unidad en oposición a la multiplicidad de imágenes, la puesta en duda del control y la nitidez. Dos mujeres pondrán sus cuerpos a disposición de ese texto poético, y de las sensaciones que atraviesan esta escena de pantallas y proyecciones permanentes. Dos sujetos que me impresionan como arrojados  a la tierra sin más propiedad que lo puesto –como la misma condición humana- , que recorren el espacio, se buscan, se rechazan y se transmiten una experiencia vital en el juego que las involucra.

Para lograr esta experiencia han hecho falta el texto poético, que es de Claudia Balinotti, quien también dirigió; la interpretación de la misma Balinotti junto con Mónica Juárez, más un enorme aporte técnico en el diseño del espacio y la impactante realización audiovisual, que es mérito de Mariano Tiribelli. Las funciones se llevan a cabo los días martes.