Por Adriana Derosa

¿Por qué llevamos a nuestros hijos al teatro? ¿Por qué buscamos acompañarlos a una experiencia compleja que requiere de asistencia adulta, de paciencia y de organización? Por supuesto que lo hacemos porque los acercamos a un hecho estético, a una parte importante del patrimonio cultural mundial, sí. Pero también porque el teatro es juego, y queremos que disfruten de jugar a “los mundos posibles”.

Todo esto es verdad, pero hay más: el teatro con su ritmo y sus convenciones lleva al niño del 2022 a adaptarse a una temporalidad que no le es frecuente. Para comenzar, el relato tiene un tiempo de sucesión, es decir “hay que esperar”: las cosas no suceden a toda velocidad como en un videojuego. El pequeño no puede hacer que todo suceda a la vez apretando varias teclas: el tiempo del cuento es el que es.

Como si esto fuera poco, las personas en el teatro están vivas: por eso la obra no será la misma hagamos lo que hagamos, requieren de nuestra atención, y la obra no se puede detener como una pantalla, para que podamos salir de la sala o comprar gaseosas.

Y para que los niños aprendan a ver teatro hay que aprovechar las oportunidades: el próximo fin de semana se realizarán -en el Teatro Colón- las últimas funciones de la obra “El principito”, una versión innovadora de la obra de Antoine de Sait Exupey dirigida al público infantil. Innovadora por visual, atractiva, llamativa, ¿qué más?

Efectivamente, la puesta tiene la particularidad de realizar un ensamble entre la actividad escénica con un único personaje en vivo, que es interpretado por Rodra Prado– el protagonista- quien interactúa con otros que se reproducen en cine de animación.

Con dirección de Josse Muñoz y Julio Panno, esta pieza juega además con las ilustraciones del reconocido artista plástico Milo Lockett, sobre música original de Marcelo Andino. Es una coproducción entre Simple ProArtE y Excebiel Entertainment.

Declarada de Interés Cultural por Cultura MGP, con el apoyo del MICA (Mercado de Industrias Culturales Argentinas) del Ministerio de Cultura de la Nación, “El Principito” es una oportunidad para el público marplatense, de acceder a una experiencia particularísima, que reúne el gran atractivo de la tecnología con la fiel narración de este clásico de la narrativa francesa.

También es una oportunidad para que los padres introduzcan a sus niños en el código de los espectáculos en vivo, desde muy pequeños. Ojalá que el arte forme parte de sus vidas, y lo respiren con naturalidad y gusto. Vayan el 29 o el 30 al teatro Colón, que también ofrece una arquitectura impactante para que los chicos conozcan los espacios de la ciudad. No se la pierdan.