En la jornada de hoy y después de varios días de silencio habló con los medios en donde dejó algunos conceptos contradictorios sobre como estamos atravesando la pandemia que tiene desbordada a su área y no para crecer en casos, consultas y ocupación de camas en nuestra ciudad con motivo de la segunda ola.

Sobre el aumento de casos, la responsable del área sostuvo que se deben al aumento de “testeos” que se realizan. “No es lo mismo testear a 400 personas que a 1.400” manifestó pero a continuación dijo que “La positividad no creció”.

Entonces, si fuera solo por los testeos, si se hicieran 4.000 en lugar de 400 siguiendo la lógica de la funcionaria, tendríamos unos TRES MIL CASOS DIARIOS!

El crecimiento de los casos es multifactorial y los testeos a los cuales se negaron a realizar durante meses comenzaron en algunos barrios con un 15% de positividad y en los últimos que testearon les estuvo dando cerca del 30% de contagios. En este punto al crecer los casos se ven con claridad el aumento de los mismos y no productos de realizar más controles sanitarios de los que se venían haciendo.

En otro momento de su declaración sostuvo que “las colas en las panaderías se respetan pero si hay un partido las juntadas son las que contagian”. Esto es cierto en parte, porque también contagian los lugares cerrados en donde se permanece más de 15 minutos tomando un café con no respeto de aforos y protocolos en salones llenos y SIN INGÚN TIPO DE CONTROL. Lo mismo sucede con la ausencia de control en colectivos donde los chiquilines, en algunos casos sin barbijos, conviven 20 minutos o más viajando con ventanas cerradas desde sus barrios con cerca del 30% de positividad junto a mayores provenientes del mismo destino. La verdades parciales no sirven.

Lo que si tuvo que reconocer es que por la cantidad de casos, en 15 días se saturarán las camas y se deberá tomar medidas de restricción.

Pero…Las restricciones que se vengan no son producto exclusivamente del comportamiento de los habitantes de General Pueyrredón. También es responsabilidad de la funcionaria que no llamó en su momento al Comité de Crisis, no se apoyó en los especialistas que tenemos en la ciudad, no armó con otras áreas del gobierno campañas masivas de prevención, no pidió a su jefe CONTROLES REALES Y EFECTIVOS EN ESTABLECIMIENTOS, MEDIOS DE TRANSPORTE y demás espacios de circulación.

Parte de lo que se vive hoy es responsable cierto comportamiento social (recordemos que hay mucha gente que se cuida, cumple con los protocolos y no realiza grandes juntadas o reuniones familiares o sociales) y la mayor responsabilidad la tiene una funcionaria que nunca estuvo por delante de la pandemia. Previniendo, accionando y controlando. La pandemia la llevó de las narices y fue cómplice de las grandes aperturas, fiestas, descontroles al hacer silencio y no exigir a su jefe el desarmar estas prácticas que se miraron de reojo o para otro lado.

“Lamentablemente debemos decirle a la gente que si los comportamientos siguen siendo estos vamos a tener que restringir más” sostuvo. Esto es: sino se portan mejor, tendremos que restringir. En realidad, el tema es al revés precisamente: cuando uno tiene un concepto claro del cuidar la vida primero nos cuidamos y restringimos…generando un mejor comportamiento con lo expresado anteriormente.

Lamentables, contradictorias y no deseadas declaraciones de quién debería llevar adelante una política coherente, articulada, planificada y que de soluciones concretas como sí lo han hecho en otros municipios.