En el medio del pico de contagios (hasta ahora) que estamos sufriendo en nuestro municipio, con un alto porcentaje de camas ocupadas, un trabajo conmovedor del personal de salud, profesionales y científicos que le piden que BAJE LA CIRCULACIÓN DE PERSONAS porque sino vamos camino al desastre sanitario…el intendente mira para otro lado a la hora de tener que ver como van abriendo distintos establecimientos sin ningún tipo de permisos y debiendo controlar la apertura de los mismos.

El jefe coordinador del gabinete municipal, voz y oído del jefe comunal se pronunció nuevamente y justificó y avaló las aperturas sin que correspondan de algunos establecimientos lo que nos lleva a “fase de nadie” en donde cada uno hace lo que quiere. ¿Quién fomenta todo esto? El ejecutivo municipal.

Esta mañana Alejandro Rabinovich, consideró ante algunos medios locales que es legítimo el reclamo que ya llevan adelante distintos sectores como la gastronomía, que los entiende, permite que abran y remarcó que no serán sancionados por tal efecto.

“Escuchar a los sectores significa también entender su protesta y por eso consideramos que es necesario que toda la política marplatense se ponga al frente de esta discusión para conceder más habilitaciones por la situación laboral que estamos viviendo” dijo la mano derecha del intendente. De salud, no habla.

¿QUÉ EFECTOS GENERAN ESTAS DECLARACIONES?

Referentes de gimnasios y restaurantes advierten que comenzarán a funcionar con protocolos pese a la negativa vigente en la fase 3. Algunos cafés y obras privadas ya lo hacen. Se sumarán los restaurantes. Y los comerciantes textiles y de indumentaria permitirán el ingreso de clientes.

Ya lo hizo estos días en una penosa conferencia de prensa en donde se confundió con los datos, utilizó cifras en forma incorrecta y fue descalificado por profesionales de salud y autoridades sanitarias de otros niveles. En definitiva, en el tema sanitario no tiene nada claro lo que sucede. Ya lo hemos vivido con contradicciones entre el coordinador del SAME cuando hablaba que “estamos cerca del pico o ahí..”. Los casos diarios, de promedio, eran 140. O cuando la Secretaria de Salud, sostenida solo por el efecto pandemia, manifestó que no va a estar testeando a 800.000 habitantes cuando se les pidió más testeos en General Pueyrredón. En definitiva testearon poco y nada. Sin palabras.

Al mismo tiempo, como suelen hacer desde el ejecutivo municipal, volvieron a pedir a Provincia y Nación que a la ciudad se le arme una fase especial teniendo en cuenta la situación que se atraviesa en el distrito.

Algunos de los pedidos hacia los gobiernos desde la oficina del intendente:

  • Necesito más médicos ante la falta de recambio de terapistas intensivos al tener que trabjar turnos seguidos, enfermedades y demás factores: se envían 54 profesionales más  desde Provincia.
  • Viendo la alta tasa de ocupación en camas, pidió un hotel adicional a los que están funcionando. Desde el Ministerio de Defensa de la Nación se le cedió un establecimiento perteneciente a una de las fuerzas de seguridad, habilitando 30 camas adicionales.
  • “No llego con los sueldos”. En los últimos dos meses provincia le adelantó a cuenta para que pueda depositar los haberes de los empleados municipales a cuenta de rendiciones de coparticipación.

Algunos de estos pedidos fueron efectuados hace semanas y resueltos en el término de una semana.

Ahora, piden desde las oficinas del intendente a través de su vocero una “fase especial” al mismo tiempo que TODOS les están advirtiendo que los casos de contagios van a seguir altos y en un futuro mediato vamos a tener problemas con poder internar a personas en los nosocomios tal como viene sucediendo algunos días de la semana pasada con fuerte testimonios y denuncias de vecinas y vecinos que no son atendidos, la línea 107 trabaja en forma deficitaria, hospitales desbordados…

Si los colectivos transportan más personas, si hay mayor circulación de gente, si los negocios están abriendo con o sin contagiados mientras el ejecutivo mira para otro lado…los contagios no bajarán y perderemos la posibilidad de tener una temporada de verano diferente pero digna desde el punto de vista de ingresos y fuentes de trabajo. Lo vamos a perder por no actuar ahora y dejarse llevar por ese aroma aperturista que tanto le gusta al Intendente.