El inglés Lewis Hamilton, quíntuple campeón del mundo de Fórmula Uno, recuperó el mando en la categoría reina del automovilismo al ganar este domingo el Gran Premio de España, en Montmeló (Barcelona), donde encabezó, junto al finlandés Valtteri Bottas, el quinto ‘doblete’ de Mercedes en las cinco primeras carreras del año.

El británico, que en 2018 igualó los cinco títulos mundiales del argentino Juan Manuel Fangio y se quedó a sólo dos de la plusmarca histórica del alemán Michael Schumacher, brilló de nuevo en la pista de las afueras de la Ciudad Condal, donde fue tercero el holandés Max Verstappen (Red Bull).

La enésima jornada triunfal de Mercedes, que el año pasado ganó su quinto Mundial seguido de constructores, coincidió con otra para el olvido de Ferrari, equipo del que se esperaba un contraataque en la pista en la que había destacado en las pruebas de pretemporada; cuya continuidad en el calendario de la F1 parece peligrar.

La ‘Scuderia’ se tuvo que conformar con el cuarto puesto del alemán Sebastian Vettel y el quinto del monegasco Charles Leclerc; que ahora ocupan también esos puestos, por detrás de Verstappen, en un Mundial que comanda Hamilton -autor de la vuelta rápida este domingo- con 112 puntos, siete más que Bottas.

El excéntrico y espectacular campeón de Stevenage impuso su ley y hubiera ganado fumándose un puro una carrera a 66 vueltas que se revolucionó algo a veinte para el final, con la entrada en pista del coche de seguridad, por el accidente del inglés Lando Norris y el canadiense Lance Stroll.

Vettel, que salía tercero, intentó pasar por el exterior a Bottas, se pasó de frenada, hizo un plano que deterioró su rueda delantera derecha y comprometió el resto de su actuación. Y en la tercera curva, Verstappen, cuarto en parrilla, al que había rebasado Leclerc, protagonizó un sensacional adelantamiento por fuera para colocarse tercero, detrás de los Mercedes y delante de los Ferrari.

La entrada del ‘safety’ a 20 giros del final, animó, al compactar el grupo, una carrera en la que los Haas se hubieran ordenado como cuarto equipo, de no ser por los salvajes ataques entre sus pilotos, el danés Kevin Magnussen, séptimo este domingo; y el francés Romain Grosjean, que debería estar agradecido por acabar décimo.

El coche de seguridad no debilitó a un siempre brillante Lewis, arruinó toda esperanza de mejora de Leclerc; y le dio alas a Sainz, que firmó sus mejores vueltas y -después de haber mantenido pugna, en el primer tramo de la prueba, con el australiano Daniel Ricciardo (Renault)- protagonizó un sensacional adelantamiento por la octava plaza, en el primer sector, al más que correoso Grosjean.

EFE