Mientras Milei deroga, inconstitucionalmente, la Ley 27.113 que fomenta la producción pública de medicamentos, la gobernación de la Provincia de Buenos Aires enviará una Ley para crear un núcleo estatal de industrias farmacéuticas.

La política impulsada por el presidente Javier Milei significa un importante retroceso en el rol del Estado en materia sanitaria en general y de producción de medicamentos en particular. La derogación de la Ley Nacional 27.113, que declaraba de interés nacional y estratégica la actividad de los laboratorios públicos dedicados a la investigación y producción de medicamentos, vacunas e insumos médicos, mediante el decreto 70/2023 publicado en el Boletín Oficial, significa allanar el camino al mercado controlado por los laboratorios privados, en su mayoría extranjeros. Esta norma promovía la actividad de los laboratorios de producción pública, creando la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (ANLAP) para tal fin.

En este contexto, la presentación del proyecto de Ley para fomentar la producción pública de medicamentos en la Provincia de Buenos Aires es un paso crucial hacia la autonomía en el ámbito de la salud. Esta propuesta, liderada por el gobernador Axel Kicillof, contrasta con el enfoque presentado en el DNU de Javier Milei. La iniciativa será elevada en los próximos días para su tratamiento legislativo. La urgencia de esta estrategia se inscribe en el exponencial aumento de los precios de los medicamentos, que luego de la devaluación, alcanzaron niveles históricos.

Esta propuesta es el resultado de un movimiento sanitario que se viene desarrollando con mucha potencia en la provincia. Los congresos provinciales de salud y la organización y la lucha de los trabajadores de la salud, son expresiones nítidas de una corriente sanitaria que se vien desplegando en pos de la soberanía sanitaria y la salud colectiva. El triunfo electoral tiene materializarse en transformaciones profundas en materia sanitaria.

Según trascendió, la creación de este núcleo de industrias farmacéuticas no sólo apunta a generar medicamentos propios, sino también a regular los precios, aspecto fundamental para asegurar el acceso a la atención médica. Investigar, desarrollar y producir distintos productos relacionados con la salud representa un avance significativo en la autonomía sanitaria de la provincia. La creación de una Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria (SAPEM) proporciona una estructura flexible para atender emergencias y urgencias, así como gestionar la logística de insumos críticos y la asistencia sanitaria integral. Su aprobación no debería ser patrimonio de un sector, ya que beneficia directamente a los bonaerenses, priorizando su bienestar y acceso a la salud pública.

La producción pública de medicamentos es un tema central que determina, en gran medida, el acceso de la población a los tratamientos y define, como se evidenció durante la pandemia, los grados de autonomía y soberanía sanitaria.

La Constitución Provincial reconoce los medicamentos como un bien social. El acceso a los medicamentos no debe ser obstaculizado por intereses económicos, es decir, que no puede estar sujeto a la capacidad del individuo de pagar el precio fijado por el mercado. La producción pública permite colocar el foco en las necesidades sociales y no comerciales. La salud no es “cualquier mercancía”. La producción pública de medicamentos se convierte en una herramienta efectiva para garantizar el derecho a la salud. Apunta a garantizar que ningún ciudadano o ciudadana se vea impedido de los tratamientos por motivos económicos.

A la hora de avanzar en esta decisión, la provincia de Buenos Aires cuenta con una importante red de laboratorios que operan en la esfera pública. La mayoría con un importante despliegue en la investigación y producción de medicamentos. El Instituto Biológico Dr. Tomas Perón, laboratorios de las Universidades Nacionales (Quilmes, Moreno, Tandil, La Plata, San Martín, Lanús); laboratorios municipales (Trenque Lauquen, Olavarría) y del Hospital Municipal San Luis Bragado.

El desarrollo de la industria pública de medicamentos fomenta la generación de conocimiento científico, tecnológico y la producción de bienes con gran valor agregado, si se lo convierte en un sector estratégico que posibilite articulaciones de políticas públicas entre ciencia, tecnología e investigación y desarrollo en salud. Cuando esto sucede se produce un círculo virtuoso que fomenta la sustitución de importaciones, genera trabajo calificado y tracciona hacia una mejora económica dado que tiene la posibilidad de incrementar la competitividad del país en la economía global.

El impulso de la industria pública de medicamentos representa un catalizador de conocimiento científico y tecnológico, generando bienes con un valor agregado significativo. Su conversión en un sector estratégico permite la articulación de políticas públicas que entrelazan ciencia, tecnología, investigación y desarrollo en salud. Esta sinergia desencadena un efecto positivo que fomenta la sustitución de importaciones, promueve la creación de empleos cualificados y conduce hacia un progreso económico al aumentar la competitividad del país en el complejo escenario de la economía global.

Existen ejemplos en la región que validan este tipo de iniciativa. Brasil cuenta con un sistema de producción pública a través de instituciones como Farmanguinhos, parte de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz). México posee el programa de Farmacias del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y El Salvador destaca con su Laboratorio Nacional de Salud (LNS), que produce medicamentos esenciales.

También existen experiencias muy exitosas en otras provincias. Uno de los casos es el LIF (Laboratorios Industrial Farmacéutico) en la provincia de Santa Fe, que desde el año 1947 produce especialidades medicinales para abastecer al Sistema Público de Salud. Cuyas acciones buscan garantizar el acceso universal a los medicamentos como bien social.

La fusiladora de 1955 disolvió el INAME (Instituto Nacional de Medicamentos) un organismo encargado de regular y fiscalizar la producción, comercialización y dispensa de medicamentos en Argentina. Hoy Milei, intenta encarnar, con sus políticas, los fracasados proyectos conservadores. Nada nuevo. Viejas políticas antipopulares con perfiles despeinados. Lo nuevo, lo disruptivo se desarrolla en propuestas como la formulada en la provincia de Buenos Aires. Es fundamental generar consenso en la población sobre la importancia de esta iniciativa y tener la voluntad de generar debates genuinos que consoliden una mirada solidaria sobre los problemas centrales que nos atraviesan.

Fuente Revista Lanzallamas