Las protestas de los “chalecos amarillos” en Francia están proporcionando municiones a los países a los que no les gusta que les den clases de derechos humanos.

En una conferencia de prensa en El Cairo, el lunes, el presidente francés Emmanuel Macron dijo que acababa de entregar a su homólogo egipcio, Abdel Fattah el-Sisi, una lista de periodistas y activistas encarcelados.

Un periodista local le preguntó cómo pretendía garantizar los derechos humanos de los manifestantes arrestados en Francia.

Aunque algunos se quejaron de tácticas policiales duras, no hay ninguna sugerencia de que Francia haya violado los derechos de quienes bloquearon las calles y marcharon por París para protestar contra el gobierno de Macron.

Pero la pregunta sigue acosando al presidente en todo caso, ahora que intenta reclamar la superioridad moral antes de las elecciones parlamentarias europeas en mayo.

El 26 de enero, el embajador de Rusia ante Naciones Unidas comparó los disturbios en Venezuela con las protestas del chaleco amarillo, mientras el Consejo de Seguridad intentaba discutir su respuesta al caos que se está desarrollando en Caracas.

El enviado, Vassily Nebenzya, aseguró al organismo que no tenía intención de llamar a un debate formal sobre la situación interna de Francia, pero su comentario destacó la incomodidad de Macron en todo caso.

Los chalecos amarillos ya empujaron a Emmanuel Macron a cambiar su política presupuestaria, lo que podría ponerlo en violación de las normas de la UE. Ahora tiene que explicar la diferencia entre las tácticas de la policía francesa y la represión en Egipto.

“Durante estas manifestaciones, algunos individuos extremistas cometieron delitos, saquearon negocios y edificios públicos”, dijo Macron en la conferencia de prensa en el palacio presidencial de Sisi.

“Fueron arrestados legítimamente; no porque dijeran cosas, sino porque rompieron cosas”.

Luego se le preguntó por las 11 personas que murieron desde que comenzaron las protestas en noviembre: “Lamento que la gente muriera a causa de la necedad humana, pero las fuerzas de seguridad no mataron a nadie”, respondió.

G.Viscusi -Perfil