Por Lara E. Franco – Directora de MdpYa

El fin de una elección marca el comienzo de nuevos planes de gobierno, pero también, la finalización de otros. En este contexto, miles de trabajadores y trabajadoras quedan paralizados, sin saber qué depara su futuro.

No importan quien venga después y quien estuvo antes, lo que temen o esperanza a miles de argentinos y argentinas es el volantazo que se realizará tras el cambio de gobierno. Ocurre que cada bloque político tiene una visión sobre la obra pública, la educación, la salud… y así, si vamos analizando cada tema, la forma de abordar cada caso estará ligada a quien esté al mando.

De eso depende que un área de gestión, por ejemplo, tenga 700 trabajadores con un gobierno o 200 con otro. Y ahí radica la cuestión: habrá más personas para combatir la demanda, o las y los empleados tendrán que hacer malabares con lo que toque y responder lo que su capacidad operativa permita.

Este tema también genera un gran problema: la falta de continuidad a proyectos que, tal vez a la larga sean productivos, pero al terminar en el corto plazo genera que ese proyecto no llegue a sus “años dorados”.

Mientras tanto, la gente analiza desde cada lugar, a favor o en contra, las problemáticas que hay sobre la falta de continuidad. También, busca cómo conseguir un nuevo empleo si su trabajo ya no está disponible con el cambio de gobierno.

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