Por Ismael Posadas

La habitabilidad de las ciudades y la convivencia social son el punto de partida.

Para muchas personas, estos dos aspectos tal vez sean una meta, un destino o la línea de llegada. Para nosotras y nosotros personas con discapacidad, son un punto de partida, porque juntos ambos conceptos, dan como resultado las perspectivas en discapacidad, materializadas en acciones positivas concretas.

Trabajar en la habitabilidad de las ciudades, es fundamental, para una convivencia social respetable y sana. Muy rara vez pensamos en nuestras vejeces, consecuencia de una juventud apresurada sin tiempos para perder en reflexiones, que lleven a acciones positivas para nuestro futuro, como si este no fuera a llegar nunca.

Si eres una persona que todavía no tiene una discapacidad, es muy posible que en el transcurso de tu vida, la adquieras. Porque todas y todos envejecemos sin darnos cuenta prácticamente. Con esas vejeces, llegaran distintas situaciones como la artritis, la artrosis, el reuma, problemas auditivos o visuales, cardiológicos o renales, solo por citar algunas patologías, o peor aún, la visita no esperada del inglés Parkinson, el alemán Alzheimer o el italiano Franco Deterioro.

Por estas simples realidades, es necesario trabajar ahora en la habitabilidad de nuestras ciudades. El diseño universal vino a resolver esos posibles problemas de habitabilidad generando la accesibilidad universal. Entonces, ¿No sería mejor trabajar ahora, Pensando en el futuro?. La arquitectura, el urbanismo, el transporte, la señalética, el acceso a la información y comunicación, entre otras cuestiones, como el acceso a la salud y la educación, son aquellas temáticas en las cuales deberíamos enfocarnos, para lograr el objetivo final, “La accesibilidad universal”.

Por su parte, comenzar a trabajar en la toma de conciencia social, relativa a la buena convivencia con el colectivo de personas con discapacidad, es absolutamente necesario, ya que de esa manera estaremos trabajando e invirtiendo en paz y armonía para nuestras vejeces. Aceptar a la otra o al otro, tal cual es, a pesar de sus diferencias, es el objetivo en este caso. En este sentido, debemos recordar que las personas con discapacidad, primero que nada son personas, después si quieren hablamos de su discapacidad, pero debemos tratarles y respetarles, como personas iguales a las demás.

No es casualidad, que el artículo 8 de nuestra convención, se titule “Toma de conciencia”. Es a través de la toma de conciencia, que lograremos cambiar paradigmas preestablecidos por costumbres ancestrales, donde la persona con discapacidad, era un objeto que no debía ser mostrado a los demás. En este nuevo siglo XXI,  las personas con discapacidad, somos sujetos de derechos en más de 180 países, que suscribieron a la convención internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad. En nuestro país, la convención ingresó a través de la ley nacional 26378/2008 y adquirió rango constitucional, mediante la ley nacional 27044/2014. Por ello decimos que una vez logrados estos dos aspectos, éste, será el punto de partida para nosotras y nosotros, al momento de habitar y convivir en las ciudades del mundo.