Con la presencia de su organizador, el babalorixá Hugo Watenberg y la de autoridades de ddhh y de organizaciones contra la Discriminación y personalidades culturales, se presentó en la Casa de la Provincia la trigésimo quinta Ceremonia en honor a la Mae Iemanjá que tendrá lugar en nuestra ciudad el domingo 2 de febrero en la Playa Popular II de Mar del Plata.
Esta Fiesta, que ha ido cobrando interés en toda la comunidad y en el extranjero convirtiéndose la segunda más grande del mundo, cuenta con declaraciones de Interés turísticas y culturales, tanto de Provincia como Municipales y con los avales de ddhh y de la Defensoría del Pueblo.
Durante el acto en la Casa de la Provincia, en CABA, se hicieron presentes la licenciada Eleonora Nobile -directora Provincial de la Casa de la Provincia de Buenos Aires, el licenciado Julio Croci -director Nacional de Pluralismo e interculturalidad, el licenciado Anibal Gutierrez -Director de Promoción y Desarrollo de prácticas contra la Discriminación del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo del INADI, la doctora Andrea Paula De Vita directora Nacional del Registro Nacional de Cultos, la licenciada Maria Pilar Bosca -jefa de Gabinete de la Dirección General de Cultos de CABA. También acompañaron la ialorixá Iya Peggi de Iemanjá y el antropólogo Alejandro Frigerio del CONICET.
Por su parte, el babalorixá Hugo Watenberg disertó sobre la importancia de la Ceremonia y su crecimiento para la comunidad africanista y acerca de su influencia en pro de la convivencia y el respeto para toda la comunidad y agradeció a Mar del Plata por el acompañamiento recibido a lo largo de estas décadas.
Cabe destacar que las ceremonias comienzan con una Procesión que se forma con todos los fieles y las ofrendas en el Playón lindante con la Pileta Cubierta (altura de Boulevard Marítimo y Las Heras).
Esta procesión, integrada por fieles ataviados con trajes típicos, tales como los vestidos de las «bahianas» y los atuendos de los pais y las mais (padres y madres del culto africano, portando sus guías de orixás (que cambian su color conforme el orixá que rige al «hijo de religión» y pueden ser rojos, amarillos, celestes, blancos, etc.); escoltando la estatua tradicional de Iemanjá, especialmente traída de África, y las barcas con ofrendas y pedidos (que son depositados por los presentes, sean o no del culto) y los cántaros con flores, va por la Rambla hasta la Playa Popular II, donde se asienta el altar.
Una vez en la playa, se forma la conocida Roda, círculo humano integrado por fieles, que van danzando y cantando («tirando» en lenguaje ritual) las rezas (cantos) de cada Orixá, alrededor del altar, presidido por la imagen africana de Iemanjá y seguido por las barcas con ofrendas y los cántaros florales, todo iluminado por antorchas.
Este singular despliegue es acompañado por el toque de batuques (tambores típicos).
Inmediatamente, el babalorixá Hugo Watenberg (babalorixá es el término correcto que corresponde a un religioso que «cultúa» el africanismo puro, ortodoxo) procede a internarse en el mar con el fin de solicitar el permiso para la celebración y fundamentalmente la protección de Iemanjá para todos.
Acompañado por fieles entregan las barcas con regalos para Iemanjá y pedidos, a la par de que todos los presentes pueden arrojar en la orilla las flores que ya habrán sido «ofrendadas» a Iemanjá -ya simbólicamente por el Babalorixá-.
Al regresar, por el «pasillo» que se forma con la custodia de los fieles y cabe destacarlo, con la colaboración de personal de Policía y Guardavidas, todos los asistentes pasan en fila bajo el Alá -manto de Oxalá-, que otorga protección.
Es digno de destacar que, por el cuidado ecológico y la índole respetuosa de la Naturaleza de este ritual, todas las barcas están realizadas con materiales orgánicos, como madera, cartón, etcétera, con el fin de evitar la contaminación.
Como en cada edición, una vez que todos los presentes se retiran de la playa, grupos de fieles especialmente organizados, se encargan de limpiar toda la playa de cualquier residuo que haya devuelto el mar a la orilla.
La organización cuenta con el debido registro en el Ministerio de Cultos y cumple con todas las ordenanzas de la Municipalidad del Partido de General Pueyrredon.
Iemanjá, muchas veces asimilada en el sincretismo religioso como Stella Maris, es la orixá del agua salada, protectora de los pescadores y de las familias en general y que ha sido «cantada» por músicos con Gal Costa, Caetano Veloso, Sergio Mendes y sobre todo, por el gran escritor Jorge Amado en muchas de sus novelas. Su culto, llegado desde África en los barcos denominados «negreros» se ha extendido sobre todo en América del Sur, siendo la ceremonia de Mar del Plata una de las dos más importantes y a la que, por su jerarquía llega gente de toda la Argentina, de Cuba, Brasil, Uruguay y Paraguay.