El genocida Guillermo Horacio Pazos, condenado por delitos de lesa humanidad cometidos en la Esma durante la última dictadura, fue trasladado este martes a una vivienda de Mar del Plata, donde cumplirá su condena tras recibir el beneficio de la prisión domiciliaria.

Pazos, de 73 años, se instaló en una casa ubicada en Olavarría al 3600, junto a cuatro garantes. El represor lleva puesta una pulsera con GPS.

Días atrás, los jueces Daniel Obligado y Adriana Paliotti, del Tribunal Oral Federal 5, de la Ciudad de Buenos Aires, votaron por el otorgamiento del beneficio, que encuentra su justificación en la edad “avanzada” y algunos achaques vinculados a la vejez.

Según publicó Página 12, los jueces apuntan que de la junta médica practicada no se desprende que su prognosis de vida se encuentre en riesgo, las condiciones en que se desarrollan las patologías que lo afectan dificultan en grado superlativo su vida de interrelación intramuros”.

De acuerdo al mismo informe de los jueces, Pazos presenta un “déficit de movilidad ocasionado por una afección en su rodilla derecha”. La situación, según entienden, “afecta su dignidad al verse precisado de la permanente asistencia de otros internos para atender sus propias necesidades”.

Pazos fue condenado a 16 años de prisión en noviembre de 2017, en un juicio por los delitos de “privación ilegítima de la libertad y torturas” a personas que estuvieron cautivas en la ESMA.