“Esculturas” es el título de la muestra con la que Silvio Lorenzini retorna a la actividad artistica. La vernissage será el próximo domingo 22 de septiembre a las 18hs en Italia 1881, y para quienes no puedan acercarse ese día tendrán otra oportunidad el viernes 27 a las 11hs. en el mismo espacio.

A trevés de esta muestra de arte “mitopoiético”, el autor intenta construir puentes entre el viejo mundo, que exploró muchos de los nichos imaginados, y el vacío existencial que hoy enfrentamos como sociedad. La secuencia de máscaras y tótems, se convierten en nuestros antepasados que nos contemplan desde el tiempo mítico, los tótems como admonición, de la finitud de las sociedades. Las imágenes de los migrantes y el dolor infinito de los viejos, la bailarina como esperanza y maravilla del movimiento, y al fin, el estudio de la mujer como Matria.

En “Esculturas” Lorenzini expone la necesidad de corrernos de eje para poder ser y reintegrarnos a la armonía con la madre natura, a la empatía que nos hace humanos, a la alegría de compartir el mundo entre todos los seres vivientes. A tomar finalmente conciencia de que, sin la Madre Tierra, nos quedamos sin futuro. Al inicio encontraremos al homo videns, como negación de todo lo que intentamos observar tiene “mil ojos que miran de modo cuasi instantáneo, pero no ven, reaccionando a los estímulos de manera automática “absorbiendo todo” pero incapaces de reflexionar críticamente. Debemos reconstruir y refundar la sensibilidad humana, alterada, subsumida, colonizada por los massmedia.

Del autor:

Silvio JoséLorenzini: Nacido en Miramar, desde pequeño aprendió de su padre a imaginarse como pintor. En los años 60 un viaje a Eurpopa lo acerco a la arqueología clásica y el universo de la estatuaria etrusca, romana, griega y egipcia, que junto al Renacimiento son sus principales influencias. Como cofundador de un museo paleontólogo comenzó sus primeros ejercicios de talla en madera, y de restauro conservativo de piezas arqueológicas. En cuanto a sus estudios formales cabe destacar al escultor Auriti Primavera, al maestro Mario Ceccotti y al escultor Ferrino. En el año 77 se exilia a Italia donde profundizó sus conocimientos de las escuelas clásicas.