Docentes y auxiliares de escuelas en la Ciudad de Buenos Aires llamaron al paro tras conocer el fallo de la justicia porteña para que haya clases presenciales.

La comunidad de la Escuela Técnica No 35 de Villa Real, Ciudad de Buenos Aires, está de luto por la muerte de Marcelo Becker, profesor de más de 30 años en las materias de Electrónica y Tecnología del Control, quien falleció por un cuadro de Covid-19. El establecimiento permanece cerrado y el personal hizo un abrazo simbólico para denunciar la falta de protocolos y para pedir la suspención de las clases presenciales.

Paula Calignani, integrante de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), explicó a C5N que no están dadas las condiciones para clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires, y que esto se sabe desde antes de que comenzara el ciclo lectivo 2021.

“Esta era una de las tantas muertes evitables. Nosotros venimos pidiendo la suspensión temporaria de la presencialidad desde hace dos semanas, cuando la suba de casos en la Ciudad de Buenos Aires comenzó a ser exponencial”, afirmó.

“Desde el comienzo de la presencialidad se acumularon 6.221 casos positivos entre docentes, estudiantes y auxiliares. Más de 900 burbujas tuvieron que ser aisladas o cerradas y sólo 16.000 docentes fueron vacunados a lo largo de marzo, pero no se volvió a comenzar el plan de vacunación de docentes en la Ciudad de Buenos Aires”, sentenció la docente.

Las muertes e internaciones -que en este contexto de colapso sanitario son casi imposibles- “se podrían haber evitado con protocolos que realmente puedan ser cumplidos en las escuelas, con insumos que no mandan, con la doble ventilación que no es factible en la mayoría de los edificios”, señaló la integrante de UTE.

“La realidad es que nosotros ya desde febrero venimos denunciando que los protocolos son insuficientes, que no son acordes a la realidad de los edificios escolares, y por eso estuvimos durante estos dos meses recorriendo escuelas y recibiendo denuncias y situaciones, y llevándolas al Gobierno de la Ciudad y nunca hemos obtenido respuesta”, reveló Calignani.

Algunas de esas “situaciones”, explicó Calignani, tienen que ver con la infraestructura de las escuelas porteñas, donde “no se puede dar ventilación cruzada, porque (las aulas) ventilan a patios internos que tienen tinglados”.

La representante gremial también habló de “espacios físicos donde no dan los metros cuadrados para mantener la distancia social, amontonamientos en los ingresos y en las salidas de las escuelas, ni hablar del transporte público y la circulación que implica la apertura de los edificios escolares”, agregó.

Calignani afirmó que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires “jamás dio una sola política más que la ciudadanía respete y deje de buena voluntad subir a la comunidad educativa (al transporte público)”.

“No consideramos que sea una política de Estado que realmente atienda a la situación de la circulación masiva de gente en los horarios escolares”, señaló.