Por Adriana Derosa 

En el Centro Cultural Auditórium continua realizándose el ya tradicional ciclo “El teatro y la escuela”, que permite que chicos de diversos establecimientos educativos concurran a presenciar obras teatrales y musicales que fueron pensadas para ellos, pero también a conocer las instalaciones del teatro, a recorrer sus espacios, y de esa manera ingresar en la ritualidad que implican los acontecimientos culturales de la ciudad.

En ese marco, los escolares pudieron disfrutar de “Las farolas”, un espectáculo dirigido por Lalo Alías sobre texto de Andrea Chulak. Se trata de una propuesta de teatro musical, con arreglos vocales e instrumentales de Gaby Zabala- quien también es responsable de la dirección musical-  y asesoramiento tanguero del bandoneonista Gabriel Pérez Castro.

En primer lugar, quiero celebrar la realización de trabajos destinados al público infantil que se alejen de los estereotipos comerciales, los clichés que no hacen más que aplanar la formación de los peques en materia estética. Lejos de eso, “Las Farolas” propone un ambiente innovador pero reconocible, ya que los elementos son propios del paisaje marplatense. Una escenografía mínima pero atractiva más el uso de proyecciones crean una ambientación que puede sumar a la hora de llevar la atención del público al recorrido que siguen los personajes.

En efecto, se trata de una narración que implica un recorrido iniciático, al estilo de las historias de aventuras: Karina y Goyo se desplazan por sitios emblemáticos de Mar del Plata en busca de mensajes que les permitan volver a encontrar las farolas de la rambla. No las luminarias actuales, sino las fabulosas estructuras de hierro fundido que dieron carácter a la antigua rambla francesa de 1913, que estuvieron allí hasta la fecha de construcción del Hotel Provincial. Como fueron hechas para Mar del Plata, tienen motivos de cangrejos, hipocampos, sogas, redes, medusas y estrellas de mar.

Para darse la mano con el pasado, la historia también se enlaza con lo que sucedió en otro momento histórico: la abuela de Karina y su romance con el marino, Pedro. No es un relato simple: exige de su espectador una tarea de atención para seguir las peripecias de los personajes.- un trabajo perfectamente adecuado para un escolar de primaria.

En cuanto a las actuaciones, podemos destacar a Barby Goity, ágil, moderada y conectada con la energía de la escena. Su par es Claudio Alejandro, que puede llevar adelante las exigencias de este recorrido intenso. Acompañan Macarena Heredia y Camila Lanciotti.

Un espectáculo para chicos que reúne las condiciones que deseamos. Porque existe la audioperceptiva, y nos enseña que es necesario entrenar el oído para percibir y disfrutar de la música en sus diferentes variantes, para que la habitualidad no reduzca el placer estético a un único estilo musical. Porque el entrenamiento del espectador que trabaja también existe, y es necesario proponer a los peques unas historias que los lleven de la mano hacia la tarea de recomponer el sentido y disfrutar estéticamente de un producto complejo. Y finalmente, porque esperamos que la tradición de los buenos trabajos marplatenses dedicados a las infancias se recupere, y las salas llenas de espectadores de guardapolvo blanco se mantengan por siempre. Así sea.