Las redes sociales son un muestreo dinámico y actualizado de la situación económica y social en nuestra ciudad.

Grupos de whatsapp que hemos chequeado nos ofrecen el panorama preocupante de una población que, tal vez por la acuciante presión que significa la desvalorización de los salarios, o la presión de tener que juntar el dinero para pagar los servicios, recurre a la inventiva. Agreguemos al escenario a todos los marplatenses directamente sin trabajo formal.

Así, observamos la difusion de distintos “emprendimientos informales”:

-Venta de alimentos elaborados (comidas caseras, pastelería, pizzas listas o precocidas, etc), alimentos crudos ( pollo, huevos, verduras, frutas), ropa nueva y usada, (igual que calzado), electrodomésticos usados, muebles y objetos para el hogar (lámparas, macetas, y todo tipo de cosas). Fabricamos, compramos, vendemos y nos ponemos a producir con emprendimientos personales o familiares. Y, a la hora de vender, todo lo que no es estrictamente necesario, se le pone el cartelito: “VENDO”

Eso en el rubro “ventas”. Pero la oferta en los grupos también incluye “servicios”: de belleza (manicuría, pedicuría, peluquería, depilación) a domicilio generalmente, a lo que debemos sumar todo tipo de changas (corte de pasto, pintura, limpieza por horas, entre otros servicios ofrecidos).

Los ofrecimientos se multiplican aceleradamente. Tan rápido como la crisis nos va abarcando cada vez a más sectores de los marplatenses.

Esta modalidad, acompaña al crecimiento de ferias populares en los barrios y en el centro, que también constituyen una modalidad actual dentro de la informalidad laboral. El resurgimiento, aún incipiente, de los clubes de trueque, fortalecen los conceptos desarrollados hasta aquí.

Probablemente represente un sustituto del trabajo formal, y tal vez para muchas personas constituya una ayuda para su economía familiar.

Pero tomemos en cuenta que ese esfuerzo por salir de la crisis económica es un paliativo que no resolverá el grave problema social que vemos profundizarse mes a mes. Sin soluciones de fondo, estructurales, sin políticas de reactivación concretas, se avizora…más de lo mismo. Ajuste, rebusques y changas.

No hay muchas opciones dentro de la economía formal. El horizonte no es alentador y el ingenio, conviviendo con la angustia, seguirá siendo una característica de los marplatenses en los meses que se avecinan.

La contracción en el consumo se hace sentir. Falta de oportunidades para profesionales. Sueldos que no alcanzan para pagar lo básico y esencial de todos los meses en nuestros presupuestos. Desocupación, ocupación informal, aumento en tarifas, insumos, servicios y combustible.

Será cuestión de plantearnos, en algún momento, una alternativa superadora a un modelo que no contiene ni sostiene a los marplatenses y argentinos en general.

Será cuestión de poner en marcha una opción que nos de certezas (de las buenas), nos brinde oportunidades y nos permite lograr que los sueños de cada uno de nosotros…no se vivan como verdaderas pesadillas.

Redacción MDPya- Con la inestimable colaboración de Cris Bavera