Hoy la multisectorial de jubiladxs y pensionadxs de General Pueyrredon concurrió a la sede central de PAMI, ubicada en Independencia y Luro, para visibilizar el “fuerte recorte” en las prestaciones de salud, entre los aumentos de medicamentos y el cierre de 3 comedores.

La Multisectorial está conformada por distintos grupos y organizaciones de jubilados, tras los efectos “devastadores de las políticas de gobierno”. “Lo de la Anses es un ejemplo, fueron muchas las prestaciones que recortaron, sumado a los empleados que fueron despedidos, a esto se suma PAMI que atiende a 17 millones de jubilados”, relató Maria Alicia Guerra, referente de la multisectorial, ante el micrófono de MdpYa.

“El Pami siempre ha sido superavitario, osea que el hecho de querer vaciarlo, recortar sus prestaciones, que no haya presupuesto 2024 pero sí 2023, implica que hay un lógico trabajo psicológico y económico para reducir el PAMI a su mínima expresión. Vemos con mucha preocupación que medicamentos que fueron gratis hasta hace muy poquito, ahora van los jubilados pensando que se los van a llevar gratis pero tienen que pagar, no todo el medicamento, pero si un porcentual que antes no se pagaba”, contó.

A esto se suma un panorama complejo: hay personas que tienen enfermedades graves y necesitan medicamentos que son muy caros. “Hay gente que ya no los puede comprar, y hay otros casos muy candentes que deben elegir entre comer o comprar estos medicamentos, y la gente obviamente elige comer, si puede”.

Otro hecho grave que relata la referente es que había 14 comedores para jubilados y pensionados de PAMI en Mar del Plata, pero ahora 3 están cerrados y quedaron 11. “No nos consta porqué, pero seguro que con lo que envía la obra social como recurso económico no alcanza, se está trabajando con lo que se pagaba a los proveedores en septiembre de 2023, obviamente que no alcanza para la cantidad de compromisos adquiridos”.

Ahora, Guerra contó que la cantidad de jubilados y pensionados que necesita asistir a comedores para poder alimentarse, “triplica la cantidad de personas que se pueden atender, no sólo por el espacio sino también por lo económico. Hay muchos casos  que si bien cobran una jubilación que es un poco más de la mínima, tienen que pagar alquiler, y si lo pagan no pueden comer porque se suma electricidad, gas, etc. Este fenómeno se está dando con personas que jamás pensaron que debían pedir un lugar en un comedor.”

“También hay recortes en los subsidios para acompañamientos terapéuticos, tampoco se ha dado orden para el comienzo de talleres en los centros de jubilados, e incluso avisaron que lo que se iban a pagar a los talleristas en donde se daba folclore, ritmos latinos o nuevas tecnologías, iba a ser exactamente lo mismo que cobraban el año pasado. Es una perdida absoluta en cuando a calidad de vida y actividades, si el taller comienza a fallar hay una estructura psicológica grupal que comienza a resquebrajarse por parte de aquellas personas que asistían”, explicó sobre la contención que genera hacia las y los adultos mayores.