Alejado de las canchas, con el mismo temperamento y humildad que forjó en su juventud, Gabriel Batistuta se acercó al America Business Forum y contó cuáles fueron las claves de su éxito profesional y personal ante 5 mil inversores, emprendedores y políticos.

En un diálogo íntimo que mantuvo con Alejandro Fantino, el ex goleador de la Selección reveló capítulos inéditos de su extraordinaria carrera por Europa.

“Nunca me gustó ser el líder del plantel, porque cuando te convertís en el líder pasas a ser el máximo responsable de las victorias y las derrotas; y la realidad es que éramos 22″, deslizó el ex delantero en referencia al momento en el que se transformó en el referente de la Selección que participó en los mundiales de 1994, 1998 y 2002.

Durante la extensa conversación Batistuta habló con una sinceridad notable. “Cuando cobré mi primer sueldo en Newell´s, entendí que el fútbol dejó de ser un juego. Desde ese día hasta que me retiré nunca disfruté de un partido, porque pensaba las 24 horas en cada pase, cada remate al arco y cada intervención que tenía en una cancha”, sorprendió la figura internacional que festejó más de 300 goles a lo largo de su carrera.

Sin embargo, su exposición mediática siempre resultó una carga para su vida privada y por ese motivo decidió buscar nuevos horizontes luego de su retiro: “Cuando fui a Australia quería tener una vida normal. Fuimos con mi familia, con una valija cada uno. Cuando llegamos al aeropuerto empezamos una nueva aventura y no sabíamos por dónde arrancar”.

En este sentido, el Batigol reveló que su círculo más íntimo no tiene dimensión de lo que generó en su época de futbolista. “Mis hijos no tienen idea de quién fui. Se lo imaginan, pero no lo saben. Cuando quieren ir a ver un partido importante y yo les ofrezco entradas no me creen que se las pueda dar”, explicó entre risas, sin olvidar las espinas que pueden entregar las flores del éxito: “La fama es peligrosa. Si no tenés los pies sobre la tierra, tiene que haber una familia que te ayude. En mi casa no hay ninguna foto mía jugando al fútbol”.

El diálogo continuó bajo un clima distendido y fluido. La comodidad del ex delantero pudo haber sido la clave de las declaraciones que brindó en el evento. “En Florencia la gente me dejaba lechones en la puerta de mi casa para que pueda comer tranquilo. Me dejaban pan, aceite de oliva, medialunas… era en agradecimiento a lo que hacía en la Fiorentina”, destacó el santafesino y advirtió que si hoy volviera a la actividad “ganaría más plata”. “Siempre se trató al futbolista como a un producto. En la Fiorentina era una figura buscada por el Real Madrid, el Manchester o el Milan, pero siempre opté por la tranquilidad de Florencia”, argumentó Batistuta, con una anécdota que sirvió para cerrar la charla marcada por la admiración y el orgullo: “Si me hubiera ido al Real Madrid iba a ganar seguro. Iba a hacer más de 200 goles, pero me iba a aburrir. Lo mismo me iba a pasar en el Milan. Por eso me siento un ganador, aunque no haya conseguido ningún trofeo. Soy un ganador porque dejé todo y conseguí que la Fiorentina pelee contra los poderosos”.

Infobae