La joven Martina Farías declaró que hubo un intento de explotación sexual de parte de su tutora Beatriz Irene López con lo que ella misma definía como «tres viejos» y que no llegó a producirse porque providencialmente olvidó su documento. Así lo informaron fuentes de la fiscalía de Lanús que investiga el caso.
Desde hace bastante tiempo, su tutora la venía preparando por medio de agresiones verbales para que se acostumbrara a la idea de que la prostitución era su único destino posible.
Le decían que para qué iba a estudiar si estaba destinada a ser una prostituta, intentaron constantemente hacerla a la idea de que esa era su única posibilidad.
Luego (tal como revelara La Unión de Lanús hace tres días) le colocaron un chip anticonceptivo. El médico interviniente dijo que para hacer el procedimiento debía contar con el consentimiento de la paciente. Martina lo dio, bajo amenazas.
Martina fue llevada en auto a un lugar donde se encontraría con tres sujetos de avanzada edad, a los que escuchó a Beatriz definir como «tres viejos». El encuentro no llegó a concretarse nunca. En el camino, uno de los viejos formuló preguntas:
-¿Está bien vestidita?
-Sí.
-¿Va a llorar?
-No.
-¿Lleva el DNI?
Martina lo buscó y no lo tenía encima. Tuvo que regresar a su casa y se frustró el encuentro.
¿Para qué querían estas personas el DNI de Martina ? A primera vista surgen dos hipótesis, una más horrorosa que la otra: a) eran pedófilos que querían verificar que su víctima fuera menor de edad. Y b) planeaban trasladarla lejos, algo que sólo es posible con la autorización legal del adulto responsable y el DNI de la menor.
La fiscal Mariela Bonafine pedirá hoy la detención de la hermana de Beatriz López, la mujer que heredó en una especie de «segunda adopción» a Martina y luego la entregó a su hermana Beatriz, para que iniciara esta pesadilla que ahora empieza a llegar a su fin.
La declaración de la joven Martina Farías horrorizó a los profesionales que se la tomaron. La joven corroboró la violencia verbal y física que recibió de parte de su tutora Beatriz Irene López. En su testimonio, corroborado por certificado médico, Martina exhibió al menos 11 cicatrices producto de los castigos recibidos. La joven explicó con lujo de detalles en qué circunstancias los recibió.
«Le pegaban con cualquier cosa: palo de amasar, cadenas de bicicleta, manguera, una pala», e incluso le clavaron una cuchilla en el brazo «, revelaron a La Unión de Lanús fuentes de la UFI 4. Herida y todo, fue enviada a entregar un pedido para la casa de comidas en la cual su tutora la hacía trabajar. /La Unión de Lanús-contexto