El Gobierno francés impondrá desde mañana un toque de queda a partir de las seis de la tarde y «durante al menos 15 días» en todo el territorio nacional con el fin de frenar el avance del coronavirus y, especialmente, de la cepa británica, mucho más contagiosa.

Desde el 15 de diciembre, había toque de queda en Francia entre las ocho de la tarde y las seis de la mañana. En 25 departamentos del este y sureste del país se había adelantado hace unos días a las 18:00 horas al haberse registrado en estas zonas más casos de infección.

Como consecuencia del adelanto del toque de queda, «salvo excepciones relacionadas con servicios públicos, todos los lugares, comercios o servicios que reciban público deberán cerrar a las 18:00 horas», anunció el primer ministro francés, Jean Castex, en rueda de prensa, rodeado de varios de sus ministros.

A diferencia de otros países que se han visto obligados a confinarse en los últimos días, no habrá, de momento, un tercer confinamiento en Francia, ya que no se ha registrado un rebrote epidémico significativo durante las vacaciones de Navidad. Pero Castex se mostró dispuesto a recurrir a esta medida si la situación sanitaria empeora. «Según los datos disponibles hasta la fecha, parece que (el toque de queda) es eficaz en términos de salud: en los quince primeros departamentos donde se aplicó a las 18:00 horas del 2 de enero, el aumento del número de nuevos casos es dos o tres veces menor que en otros departamentos», argumentó.

Francia también mantendrá abiertas las escuelas, aunque reforzará el protocolo sanitario. «Es esencial mantener las escuelas abiertas porque (si se cierran) hay consecuencias psicológicas, sanitarias y educativas», consideró Jean-Michel Blanquer, titular de la cartera de Educación.

Castex anunció que los viajeros procedentes de países de fuera de la Unión Europea deberán presentar un test negativo para poder viajar, mantener una cuarentena de siete días a su llegada a Francia y hacer un segundo test cuando termine este periodo de aislamiento. /Hoy