La noticia de un posible secuestro causó revuelo ayer en la tarde en la Capital de Corrientes.

Un joven identificado como Iván Leiva, miembro de la Prefectura Naval Argentina, había preocupado a toda su familia luego de mandarle unos extraños mensajes a su pareja. Le dijo que unos desconocidos lo interceptaron, lo obligaron a subir a una camioneta y luego lo llevaron a un lugar en el que lo tenían maniatado. La joven pidió ayuda a las autoridades y se desplegaron operativos en varias partes de la provincia, pero sin resultados. La sorpresa vino horas después, cuando encontraron al “secuestrado” en un hotel alojamiento. Lo detuvieron y deberá brindar varias explicaciones.

Leiva regresaba a Corrientes, desde Posadas donde había ido a visitar a su pareja. Debía estar en la Capital a determinada hora, pero al no tener novedades suyas, la joven le escribió varios mensajes y fue con la extraña respuesta que recibió, donde se inició el drama.

El prefecturiano le pasó varias fotos en la que se lo veía supuestamente maniatado. Y acompañó con un mensaje en el que decía que dos desconocidos lo interceptaron mientras él conducía su camioneta Volkswagen Amarok, lo obligaron a bajar y lo subieron a una Kangoo blanca sin patente. Pese a las escasas precisiones que dio, más tarde volvió a comunicarse con ella y dijo que los extraños lo llevaron a un lugar que no conocía, que él pudo ocultar su celular y que le exigieron su arma reglamentaria.

La última comunicación con Leiva fue a las 11.53 y daba un testimonio preocupante: “Me quieren cruzar”. Para entonces, ya se había realizado la denuncia por su desaparición y, teniendo en cuenta la gravedad del panorama que planteaba, las fuerzas de seguridad articularon y llevaron adelante una serie de operativos, en Posadas y Paso de la Patria, donde figuraba su conexión según el GPS.

Lo buscaron con rastrillajes terrestres y aéreos empleando un helicóptero de seguridad, pero no tenían novedades y se evaluaron dos posibilidades, primero que era un secuestro extorsivo y segundo, que había sido víctima de una banda de narcotraficantes que operaban en la zona.

Resultó que no fue ni lo uno, ni lo otro. Por la tarde, unos oficiales informaron que el joven “secuestrado” estaba en un hotel de la Capital ubicado sobre la Ruta Nacional Nº 12, el kilómetro 1.030. Agregaron que se había registrado él mismo en el lugar, por lo que no estaba allí en contra de su voluntad.

Pese a la preocupación de sus allegados, Leiva estaba bien y por tanto, lo detuvieron y fue llevado hasta la Comisaría 18ª donde iba a ser interrogado. Una fuente policial indicó que todo habría sido “una farsa, un invento” del joven y, por tanto, iban a investigar qué lo llevó a generar la conmoción general que provocó con su falso testimonio.

ElLibertador