Una mujer apura el paso por el pasillo de lácteos del Toledo de Luro al 6700. Al acercarse al final de la heladera afloja el ritmo, todavía quedan varias unidades. De reojo mira el cartel que -en mayúsculas- avisa que sólo se permite la compra de dos sachet de La Armonía por persona. Cumple, agarra su carrito y se va. A su lado, un hombre que se encontraba evaluando la diferencia entre las opciones, imita el gesto de la mujer y se lleva uno. También se va.
En Mar del Plata, como en varias ciudades del país, falta leche y los supermercados limitan las unidad por cliente. Las segundas marcas son las primeras en desaparecer, que en medio de una crisis económica, implican la mejor opción a la hora de cuidar el bolsillo.
Es que mientras en primeras marcas como La Serenísima el litro de leche parte de los $39 y puede llegar a los $53 -dependiendo el producto, el supermercado o incluso el barrio (se registraron precios más elevados en comercios más alejados del centro de la ciudad)- otras opciones del mismo grupo empresarial (Mastellone Hnos) emergen como las opciones más buscadas.
Este es el caso de la leche La Armonía, cuyo litro está dentro del programa de Precios Cuidados del gobierno y no vale más de $26 en los comercios adheridos.
Sin embargo desde hace aproximadamente diez días la cantidad distribuida de este producto si no es escasa es nula, por lo que algunas cadenas de supermercados decidieron establecer límites máximos de compras por cliente. Los almacenes, en tanto, ya ni siquiera reciben; solo llegan primeras marcas.