El sujeto acusado por violencia de género recibió la orden de mantener una perimetral hacia la víctima. Al incumplirla reiteradas veces, la jueza de familia de Monteros Mariana Rey Galindo ordenó que abandone la provincia.
La primera perimetral que se le ordenó estaba fijada en metros de distancia, tras incumplirla, el juzgado de familia determinó fijar una nueva perimetral, pero en kilómetros.
De esta forma se resolvió que la ex pareja de la víctima se mantenga a 300 kilómetros o fuera de los límites de la provincia, medida que fue ejecutada antenoche. A partir de ahora este sujeto no podrá ingresar a Tucumán sin una autorización de la Justicia.
Cabe destacar que esta resolución no es inédita en el juzgado, debido a que anteriormente se dispuso una medida similar ante otro hecho similar.
“Me siento más tranquila», dijo la víctima. «También estoy triste por que mi hija se quedó sin su papá. Creo que es lo mejor para él y para mí también. Es difícil pero salí de esto”.
“La comisaría de Famaillá da asco», sostuvo. «Me tuvieron con un montón de vueltas, tenía que dejar a mis hijas solas para ir a pedirles que vengan. Se guardaban todas las denuncias que hacía, no llegaban nunca a fiscalía. Fui cerca de cinco veces a la comisaría a pedir ayuda”.
“Una sola denuncia llegó a fiscalía pero él nunca respetó la medida de no acercamiento y venía a casa. Todos lo cubrían, todos son amigos de él, yo estoy sola. Él nunca iba a salir de la droga”, añadió.
“Él se drogaba mucho. No es mal padre. A mi hija más grande la ha criado él. Todo fue por culpa de la droga. Me siento bien de que se haya ido. Nuestra relación ya no iba. Era muy celoso. Él me pegaba y yo me defendía, llamé a la policía y no venían”, contó.