La Sociedad de Fomento estuvo cuatro años cerrada y reabrió en plena pandemia para atender a las y los vecinos de la zona que reclaman desde luminaria hasta más presencia policial. Si bien desde la institución consideran que se están haciendo cosas, aseguran que «faltan muchas otras». Tal es el caso del asfalto en las calles y un espacio verde, deudas pendientes.
Luego de cuatro años cerrada, la sociedad de fomento del barrio López de Gomara reabrió en un contexto inesperado. En medio de la pandemia del coronavirus, la institución volvió a trabajar para asistir a los vecinos, que reclaman desde más luminarias hasta seguridad, y alimentar a un total de 200 personas por semana.
Al igual que ocurrió – y ocurre – en las zonas alejadas del centro de Mar del Plata la cantidad de habitantes se multiplica, pero no así los espacios verdes. Sucede que, en las 135 manzanas ubicadas entre Avenida Constitución, la vía del ferrocarril, Ituzaingó y Champagnat, no hay ni una sola plaza.
Allí, viven cerca de 20 mil personas, que hasta el 2020 no tenían punto de reunión, ni lugar donde elevar sus reclamos al Municipio. «La sociedad de fomento estuvo acéfala, cerrada. La hicimos renacer en diciembre. Después de tantos años, había un deterioro edilicio y no tenía servicios. Ahora, es el lugar de encuentro de todos los vecinos», indicó Paula Reser, presidenta de la institución.
«En el barrio faltan muchas cosas y están haciéndose mucha otras. Cuando decidimos reabrirla, fue más que nada por lo social. No sabíamos que iba a pasar con la pandemia, entonces, pensamos que se podía usar para dar de comer, vacunar, se nos ocurrieron mil cosas», contó a El Marplatense.
Entre las primeras tareas que desarrollaron, comenzaron a llevar adelante un merendero y un ropero, mientras arreglaban las cañerías, luces, techo y piso del edificio. Antes de darse cuenta, con la merienda ya asistían a más de 200 personas.
«También hay actividades deportivas. Este día del niño vamos a hacer un festival, una kermese, para los chicos del barrio. Vamos a alimentarles el corazón y les vamos a regalar una tarde linda», afirmó Reser y lamentó la falta de un espacio verde para realizar la actividad.
En relación a las principales problemáticas del barrio, precisó: «El reclamo de inseguridad es generalizado. Tratamos de ayudarnos entre la policía y el vecino comprometido, hacemos el nexo para que las cámaras domiciliarias se conecten al COM y sea una herramienta más y también nos juntamos con el comisario de la sexta para pedir más presencia policial».
«En el sector norte del barrio, un problema que tenemos es que tiene muy poco asfalto. El estado de las calles. Hacemos pedidos semanales a la gente de Emvial. Es intransitable. Siempre arreglan de un lado y falta del otro. En realidad, necesitamos que haya más obra», destacó.
«Cuando llueve se complica mucho. Hay tránsito pesado, camiones, y eso rompe todo. Hace un mes, empezó a ceder el terreno y se quedó un camión encajado. También necesitamos más luminaria», agregó.
«Nosotros en el barrio no tenemos plaza, ni una sola. Teníamos un espacio verde que ahora está en un litigio judicial. Los terrenos que hay grandes son de privados. Sería genial poder contar con una plaza para los chicos, es una cosa pendiente», concluyó.
El Marplatense