Este jueves, una treintena de activistas recibieron al monarca frente a la catedral de York Minster portando pancartas en las que se leía “No es mi rey“.

Esta protesta coincide con las informaciones aparecidas en el diario The Guardian sobre los presuntos vínculos de la monarquía británica con la trata de esclavos. Carlos ha dicho que se toma el asunto muy en serio y ha ofrecido todo su apoyo a la investigación, para la que pondrá a disposición los archivos reales. El periódico también ahondó en los lucrativos negocios de la familia real.