María Eugenia Vidal admitió que “es un momento de dificultad” pero defendió el rumbo del Gobierno. Apuntó contra la oposición: “Los que representan el pasado no van a ser la solución, hay algunos que piensan que cuanto peor, mejor”
Habló por primera vez desde que el Gobierno vive su crisis más grande, con el gran salto que dio el dólar, la oposición empujando para congelar las tarifas y la solicitud del préstamo al Fondo Monetario Internacional.

La gobernadora admitió que “es un momento de dificultad” para Cambiemos, pero también ratificó que el rumbo elegido es el correcto: “Cuando asumimos teníamos tres opciones. Seguir haciendo kirchnerismo, un ajuste brutal en poco tiempo, que significaba aumentar veinte veces las tarifas, afectar gravemente los programas sociales, jubilaciones y pensiones, o el camino que elegimos para cuidar a los que menos tienen que es el gradualismo”.

Y detalló: “No es más que querer poner las cuentas en orden lo más lento de lo que el crédito nos permita para que la gente no tenga que sufrir tanto. Parece simple pero es complejo. Requiere que el mundo y los bancos confíen en nosotros y nos presten el dinero para hacerlo”.

En este sentido, elogió lo hecho hoy por el Banco Central, que puso a disposición 5 mil millones de dólares a 25 pesos para así contener el precio de la divisa norteamericana que ofrecían los bancos privados: “Demostró que tiene reservas para terminar con la especulación. Ahora los formadores de precios tienen la responsabilidad de no trasladar el valor de la moneda a los precios que no necesitan traslado”.

También le apuntó a una parte de la oposición –el kirchnerismo, sin nombrarlo– por cómo se manejó los últimos días. Si bien no alimentó lo mismo que Elisa Carrió sobre un intento de destitución –”no tengo información para decir eso”– afirmó que “no es racional, le interesa más su conveniencia personal, tienen riesgo de ir presos y quieren mostrarle a los argentinos que su modelo era el único posible”.

“Los que representan el pasado no van a ser la solución, hay algunos que piensan que cuanto peor, mejor”, sentenció en diálogo con radio Mitre.

Asimismo, se refirió a los economistas y a dirigentes opositores que critican este modelo sin dar soluciones: “En estos dos años no ha aparecido ninguna propuesta de economistas o del sector político que diga cuál es la alternativa al gradualismo sin ajustar brutalmente o volver al kirchnerismo. Estamos dispuestos a escuchar, si la hay una salida que nos la digan, capaz nuestros equipos técnicos no la ven”.

Fue en este punto que le contestó a Carlos Melconian, quien dijo que el Gobierno “boludeó dos años con las buenas ondas”. Vidal reiteró: “¿Cuál es la propuesta? Porque la crítica está clara. Que digan qué medidas, no solo las críticas porque no construye nada. Aquel que cree que había que hacer un ajuste mucho más violento tiene que animarse a decírselo a la sociedad. Afectaba a los que menos tenían, subía la pobreza. Lo importante no era que el Presidente perdiera 20, 30, 40 puntos o toda su imagen. Iban a perder todos los argentinos. Estuvo en la mesa de decisión del Presidente pero decidió un camino más difícil que era afectar menos a la gente pero comprometerla por más tiempo”.

“No estamos condenados a que nos gobiernen los mafiosos, al ‘roban pero hacen’. No me resigno. Quiero una Argentina distinta y Cambiemos es eso. Y hay otros dirigentes que no son de Cambiemos que también son eso. Es un momento difícil pero tenemos herramientas para salir si no hacemos lo mismo que hace cuarenta años”, agregó.

En línea con lo dicho por Marcos Peña ayer, la funcionaria no esquivó reconocer la dura actualidad: “Es un momento de dificultad que hay que reconocer, no hay que negarlo. Hay que hacer autocrítica para corregir lo que haya que corregir. Siempre supimos que podía suceder, era la fragilidad que tenía este camino, que era el crédito externo, pero se puede superar si corregimos lo que hay que corregir, aportando cada uno lo mejor y si entendemos que es un camino largo y que es difícil”.

“Es imposible pensar un cambio con la profundidad del que encaramos imaginando que no íbamos a cometer ningún error. Sigue siendo difícil transmitir la profundidad de la dificultad que encontramos. Es difícil para el ciudadano común darse cuenta de lo cerca que estuvimos de una situación muy grave”, cerró.