Se reúnen con amigos y hacen fiestas pese al aislamiento. Una mujer intentó advertir sobre los peligros de no respetar la cuarentena, pero no logra apoyos. La policía tampoco le da respuestas.

El aislamiento social preventivo y obligatorio decretado por el Gobierno para frenar el avance del coronavirus pareciera ser un esfuerzo sobrehumano en pos del bien común para algunas personas. Así quedó demostrado con la actitud que tomaron algunos de los ocupantes de un edificio en Floresta, en el sur de la Ciudad de Buenos Aires donde no cumplen con la cuarentena.

La primera señal de alarma para uno de los casi 500 vecinos de las torres ubicadas en Mercedes al 200, en Floresta, fue el sábado 21 de marzo, cuando ya estaba decretada la cuarentena obligatoria para toda la población y aún así llegó al edificio una pareja con sus valijas que, según él, vienen de Brasil, una zona de riesgo de contagio de coronavirus.

“Esperaron una hora en el palier, les abrió un chico de Rappi”, relató la vecina a minutouno.com. El episodio quedó registrado por la cámara de seguridad a la entrada del edificio y el hombre pudo comprobar que se alojan en el 6to “D”, teóricamente con el mandato de cumplir con el aislamiento debido por venir de una zona de riesgo.

También en el “D”, pero piso 13, hubo otro episodio que alertó al vecino: el domingo hubo una “fiesta con unos venezolanos”, explicó, cuando los eventos con muchos participantes están terminantemente prohibidos a la luz del decreto firmado por Alberto Fernández el jueves pasado.

Buscando registros de la fiesta de los “venezolanos”, la vecina encontró una breve escena que lo inquietó bastante más porque los ocupantes “van a despedir a unas visitas con un beso, choque los cinco a un nene”, cuando el aislamiento social es lo aconsejable en estos tiempos de cuarentena.

“Llamé e hice todas las denuncias pertinentes. La policía me dijo que no toman la denuncia por teléfono. El 147 tampoco”, expresó la joven, que tampoco encontró eco en el grupo de chat de vecinos del edificio.

La segunda vez que llamó a la policía de la Ciudad le contestaron que la denuncia debe hacerse en persona, cosa que es casi imposible en estos días de encierro por el bien colectivo.