De un tiempo a esta parte asistimos a una campaña mediática de difamación de la Ley Nacional de Salud Mental llamativamente al cumplirse 10 años desde su promulgación.

Es preocupante no sólo los intereses que podrían estar sosteniendo este accionar en perjuicio de la norma democráticamente sancionada sino el desmanejo de la información a la que se prestan profesionales de la Salud Mental que parecen desconocer su texto como así también los Códigos de Ética correspondientes a sus disciplinas.

Desde las pantallas asistimos a diagnósticos apresurados, faltos de ética y objetividad que atentan contra la subjetividad del sujeto en cuestión.

Nadie está capacitado para emitir diagnósticos psicológicos ni médicos a partir de noticias televisivas; cuestión que vemos sucederse desde hace ya un largo tiempo.

Es nuestro deber como Trabajadoras y Trabajadores de la Salud Mental posicionarnos en defensa de los derechos adquiridos, la confidencialidad de los diagnósticos, el resguardo de nuestras leyes de ejercicio profesional, el ejercicio ético de la profesión y el cuidado de la Salud Mental de la población que se ve afectada por operaciones mediáticas que buscan tergiversar la información en favor de intereses corporativos en detrimento de las subjetividades que pudieran verse afectadas.

Así lo hicieron saber desde el Colegio de Psicólogos del distrito IX