Alejandro Csome es arquitecto recibido de la Universidad Pública, tiene 35 años y la rompe en redes sociales bajo el nombre de “Bauhasaurus”. El profesional que se animó a brindar su opinión en la comunidad digital habla sobre arquitectura para gente que es y no es arquitecta, comparte experiencias y comunica lo que ve en el día a día.

Todos y todas volvemos a nuestras casas cuando cae la noche, recorremos espacios que en su mayoría construyeron profesionales de la arquitectura, intentamos alquilar viviendas creadas por arquitectos y arquitectas, pero poco sabemos de este mundo.

Mientras terminaba la carrera, Alejandro Csome también trabajaba, por lo que “hablar de arquitectura, hacer arquitectura y estudiar arquitectura estaban entremezcladas”, asegura. Se reconoce como un observador y detalla que al principio, antes de ser un influencer en las redes sociales, veía que “en la realidad laboral se iban produciendo algunas cosas que la academia no veía, y se empezaba a dilatar la distancia entre lo que se enseñaba y lo que se necesita en la calle”, esto lo llenó de preguntas que fueron el disparador para agudizar la mirada y tratar de encontrar respuestas a los “por qué”.

¿Como o por qué iniciaste el proceso de salir del estudio de arquitectura para ser también un comunicador de la arquitectura?

“Creo que nos falta comunicar nuestro servicio y rol, de qué nos encargamos, qué administramos, cuáles son nuestras responsabilidades e incumbencias desde lo práctico. Desde lo cultural no había una cultura de arquitectura, no hay muchas actividades alrededor de la arquitectura, no hay muchas oportunidades culturales para abrir los claustros o el conocimiento de arquitectura a gente que no sea del palo, que no pasa con el cine, la pintura, el arte, las danzas, es decir, las principales ramas del arte de la humanidad están mucho más popularizadas que la arquitectura”, relató el Csome a MdpYa.

El profesional detalló que todos sabemos qué es un compositor, y cómo funciona o qué hace una orquesta, sin embargo, en la arquitectura no sucede lo mismo, pese a que las personas viven en casas, usan la calle y recorren la ciudad. “Las 24 horas estamos contenidos por la arquitectura, pero no hay una cultura de hacer cosas, crear o compartir conocimiento de la arquitectura con gente que no es arquitecta. En este no vinculo, hay una oportunidad y una necesidad de comenzar a fomentarlo, para que más gente se interese con un filtro aceptado por la academia”, explicó.

Alejandro comparte memes a través de redes sociales, el cual está sustentado en un conocimiento que “se explaya, se amplia y se mejora”, y funciona como un disparador para quien lo ve, interactúa o lo comparte.

Lo que al principio comenzó con algunos comentarios en foros, luego se trasladó a las diversas redes sociales que ofrece el mercado, para llevar la arquitectura a la calle, en boca de quien busque conocer, saber o desarrollar un sentido crítico sobre lo que nos rodea.

 

¿Cuáles son los problemas que hoy enfrentan las y los arquitectos?

“Es una pregunta amplia de contestar, pero creo que tenemos dos frentes: uno global y otro regional. Sobre el global hay variables que empujaron sobre las otras y hoy la arquitectura ha quedado relegada al marketing y a no ser accesible. Se han perdido las búsquedas de utopías, es mucho más difícil tener el tiempo necesario para buscarla, por más que sea coherente o no lo sea. Se ha perdido la voluntad de las grandes gestas o búsquedas, y creo que es porque se ha diluido el concepto de lo que es arquitectura y no lo es. Lo intangible le fue ganando a lo tangible, y es un problema que va de la mano con lo cultural”, reconoce el especialista.

Hablar de arquitectura con alguien que no es del rubro se pone a veces “difícil” dice Alejandro, por el lenguaje que se utiliza, por el pensar que es un servicio de la elite, de difícil acceso, pese a que las y los profesionales ganan entre el 8 y 15% del honorario sobre el costo de una obra. “Creo que globalmente se está peleando con esto y provoca una degradación de los resultados arquitectónicos, inaccesibilidad de la vivienda, en donde no damos ningún tipo de batalla porque estamos muy preocupados en subsistir”, analizó.

Sobre lo regional, consideró que en Argentina hay un problema muy grave respecto a la estabilidad económica como para plantear inversiones, desembolsos u operaciones que quizá, para una familia, es disponer de sus ahorros de toda la vida. Esta “volatilidad es muy alta, el grado de previsibilidad es muy bajo y esto genera que toda la cadena que tiene que producir una obra se auto precarice”, explica al analizar su trabajo y el de sus colegas.

Dentro del sistema, “sobrevive el que empuja más fuerte, y por lo general se empuja a colegas. En el momento en que se empiece a mejorar esto, va a mejorar la calidad del trabajo, los pagos y las relaciones laborales. Es necesario más voces que planteen estos temas para tratar de generar esquemas alternativos, que no se apoyen en el viejo mundo de la arquitectura y resolver esos problemas laborales.”

 

Alquilar en tiempos de crisis

Hace unos días, el profesional compartió una imagen en donde se puede ver un micro monoambiente en alquiler. La ironía es una gran amiga a la hora de hablar de temas que nos preocupan a todos y todas, y Alejandro lo sabe y busca despertar a las y los dormidos en el sentido crítico.

Estos disparadores hacen pensar cómo debería estar ubicada una vivienda, cuál es el origen que provocó la creación de una casa o un edificio en un lugar. “La idea es construir esto muy de a poquito. Hay una frase de David Chipperfield que dice que la cultura es rápida, la arquitectura lenta, haciendo eco de que es un proceso que a veces no sigue los tiempos en la vorágine que hay. En una obra podes tardar entre 8 y 12 meses, todo necesita mucho consenso, organización y es muy difícil que las cosas no lleven tiempo y mientras tanto, las cosas van cambiando y se va modificando todo. Esta construcción es paulatina para ir generando un sentido crítico”, explica sobre su forma de abordar el contenido en las redes sociales.

 

Sobre la recepción del público, dice que es “muy buena”, pero hay que tener cuidado en que no se transforme en un arma de doble filo. Debe quedar de fondo siempre el motivo del “por qué”, para que no quede solo un meme, sino algo con contenido para pensar en casa.

 

¿Te estás por recibir?

Un mensaje para las nuevas camadas de arquitectos y arquitectas

“Hay muchísimo lugar para la mejora, hay espacio para intentar cosas nuevas, no hace falta que nos casemos con estructuras conocidas solo porque existen. Hay muchas herramientas y metodologías nuevas, muchas batallas por dar y para lograr cambios en los programas de las facultades y en las normativas”, cuenta a MdpYa sobre la necesidad de alzar la voz.

Si estás a punto de recibirte, o queres cambiar algo del mundo, Alejandro recomendó alimentar la voluntad de transformación, para prender el motor y que no te agarre la parálisis.

“No hay que tener miedo de salir y cambiar el mundo que terminan por construir, y no hablo de la vivienda, sino el de nuestra propia profesión, para ver qué relaciones tenemos, que voz tenemos en el espacio público, y seguir apostando a actores o roles, para que no quede en manos de los de siempre. Esto es trabajo, es también saber que se te va a curtir el lomo en cada batalla y transcurso, pero creo que las generaciones están cambiando porque están cambiando muchas cosas, esto traerá nuevos problemas, pero es parte de la evolución. Tengan voluntad de acción y salgan a cambiar nuestra profesión porque le van a mejorar el camino a quien venga después, y en definitiva, vamos a hacer una mejor arquitectura”.

 

Por Lara Franco

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