La líder de la Coalición Cívica cuestionó unas declaraciones de Garavano sobre el desafuero de CFK y deslizó que el funcionario podría influir en el Poder Judicial para lograr “la impunidad de (Carlos) Menem en la Cámara de Casación”.

La diputada Elisa Carrió redobló su enfrentamiento con el ministro de Justicia, Germán Garavano, al calificar de “vergüenza” las declaraciones del funcionario sobre el eventual desafuero y detención de la ex presidenta Cristina Kirchner. “Es pasible de juicio político”, amenazó la socia fundadora de Cambiemos contra el titular de la cartera de Justicia. “Estos dichos de Garavano son una vergüenza para la República y la división de poderes. Puede estar emparentado también con la impunidad de (Carlos) Menem en la Cámara de Casación. Si ésto es así es pasible de juicio político”, publicó Carrió en su cuenta de Twitter para abrir un nuevo foco de conflicto al interior de la alianza de Gobierno.

En una entrevista radial ayer por la mañana, Garavano había considerado que “a priori no parece bueno el desafuero y la detención, siendo que se pueden dar explicaciones en el marco de un juicio oral, pero lo tendrá que resolver la justicia y el Senado”, en referencia al pedido pendiente contra la ex presidenta por la causa de supuesto encubrimiento de los iraníes investigados por la voladura de la AMIA a través del memorándum de entendimiento firmado en la gestión kirchnerista con el país persa.

El ministro, en diálogo con la AM 530, sostuvo que “nunca es bueno para un país que un ex presidente esté detenido o se pida su detención” y resaltó que “tendería a pensar que no debería haber sospecha de que esta persona se fugue o vaya a entorpecer el accionar de la Justicia” como para tener que utilizar “una medida excepcional que hay que usar restrictivamente”.

La advertencia de Carrió renueva una interna con Garavano que viene desde rato y que se agudizó a principio de año, cuando la abogada Mariana Stilman -que respondía a la líder de la Coalición Cívica- renunció a ser parte de la querella del Estado en la causa por el encubrimiento del atentado a la mutual judía, donde son juzgados entre otros el ex juez Juan José Galeano, el ex presidente Carlos Menem y los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia.

Stilman denunció que Garavano ordenó redireccionar el alegato de la querella del Estado para no acusar a los ex fiscal Mullen y Barbaccia y Carrió lo replicó a través de un comunicado en el que confirmó que “instó” la renuncia de Stilman para garantizarle a sus seguidores que no forma parte “ni del amiguismo, ni del nepotismo, ni de encubrimiento judicial alguno”.

La orden impartida desde el Ministerio de Justicia se confirmó horas antes del alegato, cuando Garavano ordenó revocarle el poder al abogado Enrique Ventos -que respondía al ex titular de la extinta Unidad Amia, Mario Cimadevilla- y puso en su lugar a José Console, hombre del riñón macrista y de su operador judicial Daniel Angelici, que desistió de acusar a Mullen y Barbaccia. A fines del año pasado, Carrió también había denunciado al presidente de Boca en la Justicia Federal por ser operador judicial de la Casa Rosada.

El último gesto de ruptura de Carrió con Cambiemos había sido en la madrugada del 14 de junio, durante la votación por la legalización del aborto, cuando apareció en el recinto solo para aclarar que había desistido de intervenir en el debate para preservar la unidad de la coalición de gobierno y fuera de micrófono les enrostró a sus colegas de bancada: “La próxima rompo Cambiemos”.

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