Estamos en el horno. El continente Australiano aumentó su temperatura media en 2º centígrados. En enero  se registraron temperaturas de hasta 50º C y la vegetación de Australia arde incontrolable desde hace dos meses.

El calentamiento global no es “el villano”. El malo de esta película es el  cambio climático.

Desde la era industrial, la temperatura media del planeta aumentó en 1,1º C. Esto es debido a los gases de efecto invernadero, principalmente el dióxido de carbono (CO2) producto de la combustión de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). La relación entre estos gases y la actividad humana está más allá de la discusión, como puede verse en el siguiente gráfico (Agencia de Protección ambiental de EEUU):

Es decir, desde la era industrial, la humanidad ha emitido cantidades crecientes de dióxido de carbono. Al principio por la quema del carbón para generar vapor que moviera las maquinas para producir, ferrocarriles y barcos. Luego petróleo y ahora (además del carbón y el petróleo) el gas. Sin embargo, dentro de la humanidad, hay más responsables que otros. Por ejemplo, los países del G20 (los 20 más grandes y poderosos económicamente)  son responsables del 75 % de las emisiones globales de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero vinculado al cambio climático (Climate Watch). Los datos señalan que hasta 2014 los miembros permanentes emitían anualmente a la atmósfera casi 33 gigatoneladas de dióxido de carbono, de las cuales 25 representaban el consumo energético. El sobrante se repartía entre la agricultura, la industria y los desperdicios.

El principal emisor sigue siendo China, que pasó drásticamente de las 2,8 Gt (gigatoneladas) en 1990 a las 12 Gt en 2014, representando el 26,83 % de las emisiones globales. Le sigue Estados Unidos con el 14,36 % (pasó de las 5,2 Gt en 1990 a las 6,3 Gt en 2014), India (6,65 %), Rusia (5,03 %), Japón (3,09 %), Brasil (2,33 %), Alemania (1,89 %), Indonesia (1,70 %), Canadá (1,69 %), México (1,68 %), Corea del Sur (1,54 %), Australia (1,33 %), Arabia Saudita (1,25 %), Sudáfrica (1,17 %), Reino Unido (1,13 %), Turquía (0,93 %), Italia (0,85 %), Francia (0,76 %) y Argentina (0,76).

Mucho se dice y se ha dicho, pero poco se ha hecho. Para evitar una catástrofe ambiental se propone que las emisiones de gases de efecto invernadero bajen un 8 % el próximo año y continúen disminuyendo a ese ritmo por al menos una década. Lejos de lograr esa reducción, la humanidad emite cada año un 1,5 % más que el año anterior.

La humanidad necesita cambiar. Cambiar su matriz energética (no quemar combustibles fósiles, o al menos reducirlos a lo imprescindible), y cambiar su modo de producir y consumir. Cada año cambiamos el celular, el auto, las vacaciones… consumimos cosas de un solo uso (usar y descartar) y esos desechos contaminan todo (aire, tierra y agua).

Alguien dijo “si perdemos la batalla ambiental, nada tienen sentido”.  Porque detrás de estos números estará en aumento el nivel del mar (por derretimiento de los casquetes de hielo), climas extremos con veranos mucho más calientes (como el actual calor de Australia), tormentas mucho más fuertes, sequías mucho más dramáticas….

Deberemos emigrar de áreas bajas, inundables, a áreas altas (el nivel del mar aumento +20 cm). Seremos refugiados climáticos, buscando tierras altas dentro de nuestros propios países.

Este mes, más de 11.000 científicos de todo el mundo declararon la “Emergencia climática” (https://academic.oup.com/bioscience)

¿Cuánto tiempo más continuaremos no-escuchando estos alertas?

Dr. Rodolfo Elías. Docente/investigador IIMyC-UNMdP