El Parlamento británico rechazó el acuerdo del gobierno de Theresa May con la Unión Europea por el Brexit. 432 votos en contra y 202 a favor fueron el saldo de una votación en la que diputados del Partido Conservador votaron contra la Primer Ministra. Ahora, May tiene tiempo hasta el viernes para presentar un Plan B que permita continuar con la salida del Reino Unido de la UE, mientras que la oposición ya motoriza una moción de censura en su contra.

“El resultado nos dice lo que los parlamentarios no quieren, pero no lo que quieren”, dijo May ante la Cámara de los Comunes tras su abultada derrota, la mayor de un premier desde 1924, cuando el primer gobierno laborista, el de Ramsay MacDonald, perdió por un margen de 116 votos, algo que esta tarde se acaba de duplicar, con 230 votos de diferencia. Antes, había apelado al voto positivo, el “más importante de nuestras vidas”. May había afirmado que “esta noche tenemos una clara elección entre la certidumbre y la inseguridad, entre la unidad y la división”.

El líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, remarcó la magnitud de la derrota y dijo que el gobierno conservador “ha fallado en forma constante para llegar a otros partidos”. Agregó que “el gobierno debería aceptar que el Reino Unido permanecerá en la unión aduanera para siempre, que un Brexit sin opción de compra no es una opción y que los derechos de los ciudadanos de la UE serán aceptados”. Además, anticipó que pone en marcha una moción de censura para que el Parlamento “exprese sus puntos de vista sobre la incompetencia del gobierno”. A esa iniciativa se sumaron ya los nacionalistas de Gales y Escocia, el Partido Verde y el Partido Liberal Demócrata, aunque la suma de votos no les da la mayoría.

La clave de la derrota pasó por la incapacidad de lograr unidad entre los conservadores. Además, los socios minoritarios del Partido Democrático Unionista también votaron en contra. Para esa fuerza, el acuerdo propuesto implica que Irlanda del Norte queda en desventaja con otras regiones del Reino Unido, y con una frontera “dura” que les impone las condiciones de la UE. El bloque más opuesto del Partido Conservador considera muy laxo el acuerdo.

Ahora resta saber no sólo el destino político de May, que queda debilitada para negociar con Bruselas, sino también si se extenderá la vigencia del artículo 50 del tratado de Lisboa, que establece los pasos a seguir para que un país miembro de la UE abandone el bloque. Solamente se ha activado en el caso británico. May había propuesto consumar la desconexión de Londres con la UE el próximo 29 de marzo, algo difícil de conseguir tras el resultado de hoy, al tiempo que vuelve a tomar bríos la posibilidad de un segundo referéndum.

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