Néstor Hugo Montes (75) salió para alimentar a los casi 40 perros que tenía en su propiedad del barrio El Cazador, en una zona repleta de casas quintas de Escobar. Mientras, Nidia Elsa Ferro (80), su pareja, se quedó en la plata alta. Pero los ladridos alarmaron a la mujer, que decidió bajar para ver qué sucedía. Fue entonces que dos ladrones la sorprendieron, la golpearon, le robaron dólares y huyeron.
Cuando la Policía llegó al lugar, encontró el cuerpo del jubilado en el jardín, tendido debajo de un árbol y con una bufanda en la boca. Hay cuatro detenidos.
Este caso se inscribe en una triste estadística de jubilados asesinados, que indica que en lo que va de 2018, ya hubo al menos 19 casos fatales durante asaltos registrados en la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, a un promedio de un anciano asesinado cada ocho días. Montes fue la víctima número 20.
El crimen y el violento asalto ocurrió en la noche de este martes, en la casa que la pareja compartía en Rubén Darío 3150 de Escobar. Los delincuentes se llevaron también la Chevrolet Meriva gris de los jubilados.
Para cuando llegó la Policía a la propiedad de Montes y Ferro, la mujer les contó lo sucedido, les dijo que su pareja había salido a alimentar a los perros, que no sabía dónde estaba y les dio un dato clave para dar con los delincuentes.
“Dijo que uno de los ladrones tenía una renguera y que había hecho changas en su casa”, informaron fuentes de la investigación y aseguraron que, como el predio que compartía la pareja es grande y era de noche, recién después de un rastrillaje encontraron el cuerpo de Montes.
“Estaba debajo de un árbol y tenía una bufanda en la boca.Creemos que se asfixió con su dentadura postiza”, detallaron las fuentes. En un caso similar al de Sofía María Sliwa, la jubilada de 78 años que el miércoles pasado fue asaltada en su casa de Ranelagh, en Berazategui, mientras dormía. “Mary” murió asfixiada con su propia prótesis dental, producto de los golpes recibidos.
Ferro se enteró entonces de la muerte de su pareja. La mujer estaba tan conmocionada y lastimada (“La golpearon con tal violencia que le aflojaron varios dientes”, graficaron) que no quería saber nada de ir a un hospital, aunque luego lograron convencerla y quedó en observación.
Lo que siguió fue una serie de allanamientos para dar con los sospechosos. Los resultados fueron no sólo la detención por“homicidio en ocasión de robo”del changarín, de 37 años, y su cómplice (24), sino también de su hermana (23) y cuñado (23).