El seleccionado argentino, que cierra hoy el año en el estadio Maracaná nada menos que ante Brasil, se enfrenta a otro objetivo con el que buscará hacer historia en 2024 y, de paso, volver a ganar la Copa América, cuando juegue ese certamen desde junio en los Estados Unidos.

La conclusión de este primer tercio de Eliminatorias da por finalizado también un año calendario que en cuestión de competencias propiamente dichas va desde la obtención del Mundial de Qatar en diciembre de 2022 hasta la mencionada Copa América de 2024, con amistosos frente a dos equipos europeos en marzo próximo y sin Eliminatorias hasta septiembre de 2024.

Por eso 2023, más allá de esta media docena de partidos de una Eliminatoria que lleva a 6/7 equipos sudamericanos al Mundial 2026, fue claramente de un “mantenimiento” de la idea, de refrescar conceptos, y no tanto de pruebas, porque como dijo Lionel Scaloni, las “nuevas” convocatorias se van desarrollando conforme aparece “alguna necesidad” provocada por bajas de lesiones o eventuales suspensiones.

Pero de hecho al campeón del mundo que el próximo 18 de diciembre cumplirá un año no se le han sumado en este tiempo nuevos jugadores con chances de pelear por un lugar entre los habituales titulares, ya que algunas pruebas, la más notoria del pibe Alejandro Garnacho, por ahora se quedaron solamente en eso.

Claro que el tiempo pasa, y para cuando llegue junio hasta Messi estará cumpliendo un año más (37), y el recambio se empezará a tornar cada vez más necesario.

Es que “Lío” encabeza esa “vieja guardia” gloriosa que secundan Ángel Di María y Nicolás Otamendi, dos jugadores cuyos repuestos no se consiguen justamente en Warnes, y por los que Scaloni deberá empezar a gestionar cada vez más intensamente mientras simultáneamente prepara el equipo para ganar la decimosexta Copa América y quebrar el 15-15 que hoy tiene con Uruguay. Y no son trabajos menores para el campeón mundial. (Telam)