El Gobierno prorrogó por un mes más el cobro del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para todas las provincias del país y no solo para aquellas que se encuentren en la fase 1 de la cuarentena como consecuencia de la pandemia del coronavirus. El presidente Alberto Fernández sostuvo que el objetivo es que “millones de argentinos no caigan en la pobreza”.
Junto con el IFE, el Gobierno efectivizará un desembolso de 10 mil millones de pesos provenientes de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y que será distribuido en función de la coparticipación y las deudas en dólares que tienen las provincias. Tal y como sucedió con los otros dos pagos del IFE, será la ANSES la que lo abone. Por ahora seguirán las mismas reglas que en la ocasiones anteriores: el cronograma de pago se establecerá una vez que se termine de abonar el de junio.
En un principio el Gobierno había decidido que el IFE sólo lo cobren las personas que además de cumplir con los requisitos para solicitarlo vivan en zonas donde la cuarentena continúe en Fase 1 (AMBA, Gran Chaco, General Roca y Neuquén). Sin embargo, los gobernadores le pidieron a Fernández que revise esa decisión debido a que por más de que en sus distritos avanzaron a una fase con mayor flexibilidad todavía la actividad económica no se encuentra al 100 por ciento de su capacidad.
De hecho, influyó mucho la decisión de varias provincias que en los últimos días decidieron dar marcha atrás con la apertura de nuevas actividades debido a que se registraron nuevos focos de contagio.
La Rioja, por ejemplo, decidió ir nuevamente a fase 1. Catamarca tuvo la semana pasada su primer contagio desde el inicio de la pandemia y aunque hay menos de una decena de personas infectadas se decidió restringir al máximo la circulación.
En San Luis ocurrió algo similar la semana pasada. Incluso en el interior de la provincia de Buenos Aires esta semana hubo nueve municipios que dieron marcha atrás con la flexibilización por el aumento de los contagios.