En tiempos de macrisis la universidad debería optimizar sus recursos y no despilfarrarlos.

Las autoridades de la Universidad Nacional de Mar del Plata decidieron parquizar la Plaza de la Memoria del complejo General Belgrano de calle Dean Funes. Para ello construyeron unos canteros de unos 20 cm de grosor, con alma de hierros entrecruzados y de altura creciente con el fin de contener la nueva tierra y los tanques. Digo, estos canteros impedirán fácilmente el ingreso de tanques ligeros, suponiendo que tengamos miedo de que eso ocurra…

Además parquizamos este lugar de descanso bajo los pinos. Los pinos, son el clásico ejemplo de sucesión por inhibición. Es decir, el mecanismo que le impide a otros árboles colonizar el sustrato alrededor de los pinos (y competir por la luz, principal recurso que requieren los árboles para subsistir). Esto lo logran los pinos a través de la acidificación del sustrato producido por la pinocha, las hojas de pino caídas. O sea que se sembró pasto que está condenado a morir en el corto plazo (y no es la primera vez que se parquiza bajo los pinos). No usamos los conocimientos que generamos.

En tiempos de un feroz ajuste sobre el sistema Educativo y de Ciencia y Técnica… ¿podemos permitirnos el lujo de derrochar recursos? En tiempos donde se impone aplicar medidas que aseguren la sustentabilidad (preservar el medio para que las futuras generaciones disfruten del medio en iguales o mejores condiciones que nosotros) debemos ser ejemplo de eficiencia, y no de derroche.

Dr. Rodolfo Elías