Por Rodolfo Elias – Biólogo, docente e investigador de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Literalmente, eu = verdadera/o, trófico= alimento; aceptado como sobrealimentación.

Actualmente, este fenómeno ecológico, es entendido como la explosión demográfica de algas debido a la sobreestimulación dada por un exceso de nutrientes. Los nutrientes: nitrógeno, fosforo y silicio y los compuestos que forman, son substancias inorgánicas naturales esenciales para el crecimiento vegetal.

En la naturaleza los nutrientes están regulados por ciclos naturales, determinando períodos de producción (primavera-verano) cuando son abundantes y disponibles y ciclos en donde los nutrientes faltan y se están regenerando. El ser humano, en cambio, desequilibra los ciclos al agregar estas mismas substancias en forma no natural, y por lo general en cantidades excesivas. Un exceso de estímulo al crecimiento vegetal (dado por el exceso de nutrientes) produce explosiones de crecimiento vegetal, que no puede ser consumido por los herbívoros y por lo tanto muere y se deposita. Allí los procesos de degradación oxidan esta materia orgánica consumiendo total o parcialmente el oxígeno del medio.

Hoy son muchas y diversas las fuentes no naturales de nutrientes, como por ejemplo los vertidos de las fábricas de pulpa de madera, las descargas cloacales y las granjas de acuicultura. A estos elementos fabricados por el ser humano se suman nuestros naturales ríos, pero que son abonados involuntariamente por las grandes cantidades de nutrientes, que en forma de productos químicos como fertilizantes, llegan al rio por el lavado de los campos de cultivo.

Cuando vemos las enormes cuencas de cultivo de algunos ríos, también vemos la enorme cantidad de nutrientes y otras substancias químicas que sobrealimentan los ríos, lagos y las zonas costeras marinas donde ellos desembocan. En el medio marino hay más de 400 sitios donde la eutrofización ha generado zonas devastadas, sin oxígeno y por lo tanto sin vida de ningún tipo.

Nuevamente es el ser humano el que debe resolver los problemas causados por el ser humano. Sobre todo, por la codicia de algunos que anteponen el lucro a la vida.