Dalma Narváez es víctima de violencia de género de parte de su ex novio quien tiene una restricción perimetral que incumple, según contó. Aunque ya llevó el caso a la Justicia de la ciudad de Caleta Olivia, en Santa Cruz, donde reside, tuvo que «radicar nuevamente una denuncia» porque según contó «él no para de ir acercarse a su casa».

“Yo tengo una hija menor de edad, él se para en frente de mi casa, antes de ayer se subió al paredón y subió acá arriba, a mi casa, es una locura”, manifestó Narváez en tono de extrema preocupación, según consignó «Diario Nuevo Día de Santa Cruz«.

En su relato, la joven expresó que los episodios de violencia ocurren desde “hace tiempo”. Es que Dalma sostuvo que sufrió golpes por parte su ex pareja en muchas oportunidades, y no duda en mencionar que la “paliza” más dolorosa fue el año pasado cuando cursaba un embarazo que perdió a causa de los golpes que recibió en el abdomen.

Tras la perdida del bebé, el presunto golpeador que es boxeador le pidió que “por favor lo perdone” y “yo cómo estúpida volví“, manifestó.

La violencia era tanto verbal como física: “Siempre me celaba, me psicopateaba». Según sostuvo la presunta víctima, en el marco de las peleas el hombre le rompía cosas de su hogar, y hasta «había ocasiones que de tanto golpearla la dejaba tirada en el piso y la pateaba». Inclusive, relató que su pequeña hija se interponía entre medio de los dos para que él frenara el ataque.

El 9 marzo fue la fecha en que ella decidió poner punto final a la violencia de la que era víctima y le pidió que se fuera del hogar. Acto seguido, él comenzó a pegarle y patearla. Nárvaez contó que la llevó hasta la habitación, la empujó contra la pared y la dejo muy mareada. Luego ella pudo arrastrarse hasta una cama, donde él se colocó encima de ella y comenzó a ahorcarla y a hacer presión con sus rodillas sobre las costillas de ella. Tras golpearle tres piñas la dejó inconsciente.

El 31 de mayo rompió la perimetral y subió hasta la vivienda de la joven y “manoteaba la puerta” a la vez que pedía hablar con ella. Desde entonces recibe amenazas para que deje de denunciarlo.

«No puedo estar tranquila, además de las denuncias policiales, hice denuncias públicas, mostrando fotos de los golpes que recibí, por los que tengo cinco puntos en la cabeza», cerró.