El hipódromo, donde funcionó desde 1976, hoy se encuentra en un estado de total abandono. Devastadas sus instalaciones, con solo caminar unos metros, se comprueba cómo producto del vandalismo, se arrasó con todo: oficinas, pabellones de venta de boletos, cuarto de jockeys, vestuarios, monturero, boxes y comisariato fueron desapareciendo con el paso del tiempo.

Además del robo de la tribuna oficial (estructura de caño tubular amurado al terreno) con capacidad para mil personas y una significativa tala de árboles superior a mil especies.

Únicamente la pista de carreras, amparada con el apoyo de entrenadores, jockeys y propietarios que desde el cierre y hasta la fecha mantienen en valor, lo mejor posible, está bien demostrado por las victorias que obtienen semanalmente las caballerizas marplatenses en Palermo, La Plata y San Isidro.

Por otra parte, todo llegaría a su fin, luego de casi once años de desolación y dejadez, se espera un mejor futuro para el “Jardín”. Actualmente el expediente no está en su juzgado original, pero podría comenzar a moverse, luego de la venta del inmueble del centro. Según trascendidos todo indicaría que la operación sería inminente y las expectativas son que futuros compradores sean personas afines a la actividad, porque podría peligrar el futuro del turf.

En los últimos días la preocupación se instaló en el centro del barrio hipódromo donde hubo comentarios de todos los tenores. Cientos de familias que viven de esta industria y que no reciben ayuda del Estado viven un futuro incierto sobre la recuperación de su fuente de trabajo.

Los propietarios, junto a cuidadores y jockeys, que trabajaron para mantener viva la actividad, deberían unirse para la recuperación de ese emblemático escenario.

La noticia de la venta de la propiedad del Jockey Club Mar del Plata, ubicado en la tradicional esquina de Salta y Brown, abre un camino de ilusiones para la recuperación de la actividad local.