La suba del dólar, las tasas de interés y la devaluación hicieron que se esfumara el boom de los créditos hipotecarios. Está prácticamente paralizado el mercado inmobiliario
Los créditos hipotecarios mediante el sistema de Unidades de Valor Adquisitivo (UVA) parecían haber devuelto a un sector de argentinos el “sueño de la casa propia”. Por más de un año fueron un verdadero furor y ese sueño se hizo realidad. Sin embargo, nada dura para siempre y menos en un país de una macroeconomía volátil como el nuestro. La suba del dólar, las tasas de interés más altas y la devaluación terminaron prácticamente enterrando aquel anhelo.
Los bancos a nivel nacional reconocen una caída del 50% en las consultas por los créditos hipotecarios. “Lo otorgan en pesos pero el tomador corre el riesgo de que, si el dólar sigue subiendo, cuando va al proceso de escritura no le alcancen los pesos que le da el banco para comprar la propiedad. Hay gente que ya sufrió ese desfasaje”, resume Germán Gomez Picasso, de Reporte Inmobiliario.
“En mayo se registró una retracción que se vio reflejada en las evaluaciones de créditos UVA que bajaron un 50% en relación al promedio de los últimos 12 meses. La mayor volatilidad cambiaria e incertidumbre en la coyuntura impactó de lleno en el mercado inmobiliario, que registró una marcada retracción de los potenciales compradores y que se está transmitiendo en menores flujos de nuevas operaciones hipotecarias”, afirma Milagro Medrano, gerenta de Relaciones Institucionales y Atención al Cliente de Banco Macro a El Cronista.
“Los que tenían los créditos otorgados se encontraron con que la propiedad había cambiado de monto y la gente estaba al límite del 30% de sus ingresos. Entonces se empezaron a caer las operaciones. Están al límite y no pueden comprar nada. También lo que pasa es que ya no hay muchas propiedades aptas para crédito, que tengan la documentación para que el banco las apruebe”.
El dirigente afirma que “con los créditos que ya se otorgaron, se vendió y compró mucho y ahora sólo se realizan operaciones de compra-venta directa, es decir, alguien que tiene un inmueble y lo vende para comprar otro. ”
“El mercado está paralizado, el 2% de lo que se mueve es de personas con fondos propios, gente que está invirtiendo”, agrega el corredor inmobiliario y cuenta que en setiembre habrá un congreso a nivel nacional para analizar opciones para reactivar el sector. “La única forma es que dupliquen el subsidio”, opina.
Tres razones para una crisis que se prolonga
Rodrigo González, economista de la Fundación Ideal, explicó que hubo tres variables en la economía argentina para que se evaporara el furor por los créditos hipotecarios que estuvo vigente hasta marzo de este año con un dólar a $20.
Lo primero que ocurrió fue la corrida cambiaria. “Cuando el dólar sube tanto, modifica el mercado inmobiliario porque el precio está en dólares y eso implicó que los inmuebles se encarecieran un 40% y siempre existe una falta de referencia de precios en una devaluación tan importante. Tenés un vendedor en dólares y un comprador en pesos. Eso genera incertidumbre. Todavía estamos en un tiempo de precios confusos. Tardan semanas en acomodarse porque los vendedores sacan sus propiedades de la venta y los compradores se paralizan”, explica González.
Lo segundo que cambió es que la devaluación generó incertidumbre a futuro y hay menos predisposición a endeudarse. “Como las UVA son tan sensibles a la inflación genera preocupación, más allá del precio del dólar. Cuando creés que la inflación va a crecer lo pensás varias veces antes de tomar un crédito que se indexa por inflación. La gente es más precavida”, agrega el economista.
“El tercer punto que también es relevante es que el Banco Central aumentó la tasa de referencia y las llevó de 27 a 40 puntos. Eso modifica todas las tasas de interés de toda la economía, inclusive la de los créditos UVA que ahora no sólo van a devolver más por la inflación sino también porque aumenta la tasa base”, agrega González.
Para el economista, estas tres variables jugaron en contra de los créditos hipotecarios. “En el 2018 no va a volver el boom pero no significa que no lo vaya a tomar nadie. Si en 2019 la economía se estabiliza, si baja la tasa de interés y hay un tipo de cambio que no sea tan volátil, es una gran promesa porque hay un déficit habitacional fenomenal y nuestro sistema financiero es incipiente, tiene todo por crecer, es un mercado con enorme potencial de crecimiento y el modelo UVA se replica en la mayoría de los países de la región”, analiza.

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