Ante las graves irregularidades ocurridas la semana pasada en la Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Mar del Plata, en torno al inicio del ciclo lectivo 2023 del Ciclo de Licenciatura en Gestión Ambiental, quienes hoy integran la comunidad educativa de esta institución se encuentran en estado de alerta, procurando se garantice su apertura y continuidad dentro de la oferta académica, como viene sucediendo desde 2015.

La apertura del primer año fue el 20 de marzo, pero dos días después los estudiantes fueron notificados que el dictado de la carrera debía interrumpirse ya que, de los 20 matriculados, seis no contaban con los requisitos contemplados para su ingreso. De este modo el número de estudiantes quedó reducido a 14 y por debajo del cupo mínimo establecido por el decano y su secretario académico para permitir su apertura. Esta noticia no solo generó angustia y malestar entre los estudiantes del Ciclo de Licenciatura sino también entre los jóvenes que se encuentran cursando la Tecnicatura Superior en Procedimientos y Tecnologías Ambientales en la misma facultad y que aspiran alcanzar un nivel superior en su formación.

La rápida movilización de gran parte de los interesados fue lo que obligó al Arquitecto Néstor Machado, responsable del área académica, a declarar que hubo un error en la evaluación de una de las condiciones de ingreso a la licenciatura y que a partir del próximo ciclo la carrera ya no formará parte de la oferta académica.

“Para sumar desprolijidad a la situación, 48 horas después, el decano Fernando Scholtus, contradiciendo a su secretario, afirma que no existe tal decisión, sino la intención de discontinuar la carrera y permitir su apertura cada dos años”, contó la comunidad educativa a MdpYa.En este panorama incierto, habiendo presentado la renuncia su anterior responsable, hoy la carrera se encuentra sin la figura de un coordinador que atienda los reclamos de docentes y estudiantes.

Actualmente, la Gestión Ambiental es una disciplina en crecimiento ante la demanda de profesionales aptos para desempeñarse en las distintas áreas que conforman la especialidad, como la investigación, puestos de toma de decisiones, mitigación de problemáticas e impactos de las actividades productivas.

“En un contexto actual, cargado de problemáticas ambientales y ante el advenimiento, a nivel local, de actividades extractivas urge la consolidación de carreras relacionadas con el ambiente con un perfil técnico y social”, resaltaron.  Cabe destacar que este perfil es el que ha tenido la carrera desde sus inicios, con egresados que actualmente han podido insertarse laboralmente tanto en el ámbito público como privado. Ya sea en consultoras ambientales, en la gestión pública o continuando sus formaciones académicas y de investigación con beca de CONICET.

“Ante la ausencia de un espacio de participación democrática, propio de una Universidad Nacional, en el cual todos los claustros puedan participar y contribuir a la continuidad de la carrera, la comunidad educativa se encuentra en estado de alerta y a la espera de decisiones institucionales favorables a la formación académica de los estudiantes”, aseguraron.