Un muerto, 121 heridos y 17 desaparecidos era hasta el momento el resultado de la explosión de dos tanques de combustible en la ciudad de Matanzas, en el oeste de Cuba, donde los bomberos procuraban extinguir las llamas que se iniciaron luego que un rayo impactara en los tanques.

Luis Wong, director provincial de Salud de Matanzas, dijo en conferencia de prensa que “se recupera un cadáver en el lugar del accidente”, y que los especialistas lo están “identificando”.

Añadió que de los 121 heridos, casi todos por quemaduras, 85 fueron dados de alta, 36 se encuentran hospitalizados, de los cuales cinco están en estado crítico.

Además hay 17 desaparecidos que, según la Presidencia, son “bomberos que estaban en la zona más cercana” al incendio.

“Expresamos profunda gratitud a los gobiernos de México, Venezuela, Rusia, Nicaragua, Argentina y Chile, que con prontitud han ofrecido ayuda material solidaria ante esta compleja situación”, señaló el presidente Miguel Díaz-Canel en Twitter.

“También agradecemos ofrecimiento de asesoría técnica por parte de Estados Unidos”, agregó.

El vicecanciller Carlos Fernández de Cossío dijo que la propuesta estadounidense “ya está en manos de los especialistas para la debida coordinación”.

Díaz-Canel comentó que la extinción del incendió “puede tardar”, mientras que el director de Comercio y Suministro de la estatal Unión Cuba-Petróleo (Cupet), Asbel Leal, precisó que el país nunca había enfrentado un incendio de “la magnitud que tenemos hoy”.

El fuego comenzó el viernes por la tarde después de que un rayo impactara en uno de los tanques de la base de supertanqueros situada a las afueras de Matanzas, 100 kilómetros al este de La Habana. A las 5 de este sábado el fuego se extendió a un segundo depósito.

“Se sintió el estruendo, como una ola de aire que te llevaba para atrás”, dijo Laura Martínez, vecina de la comunidad de La Ganadera, a unos dos kilómetros de la zona del siniestro.

Según las autoridades de Matanzas, el número de evacuados se elevó a 1.900 personas.

Cuando ocurrió la primera explosión, Yuney Hernández y su familia abandonaron su casa en La Ganadera. Regresaron “como a las tres y pico de la madrugada” porque los niños tenían sueño, explicó esta mujer de 32 años.

El primer depósito “contenía unos 26.000 metros cúbicos de crudo nacional, alrededor del 50% de su capacidad máxima”, cuando fue impactado por el rayo. El segundo tanque tenía 52.000 metros cúbicos de fuel oil”, dijeron autoridades cubanas.

“Al parecer se produjo un fallo en el sistema de pararrayos, que no pudo soportar la energía de la descarga eléctrica”, según el periódico cubano Granma.

Los dos tanques abastecen la termoeléctrica Antonio Guiteras, la mayor de Cuba, pero el bombeo hacia esa planta no se ha detenido, añadió Granma.

Varios helicópteros comenzaron a verter agua de mar en tareas de extinción, labor detenida en la tarde por incremento de las llamas. Al final de la tarde, con un fuego menor, se reanudó frente a la bahía de Matanzas, una ciudad de 140.000 habitantes.

El incendio se produce en momentos en que la isla sufre desde mayo pasado dificultades para satisfacer la mayor demanda de energía debido al calor veraniego.

La obsolescencia de sus ocho termoeléctricas, roturas, mantenimientos programados y la falta de combustible lastran la generación eléctrica.

Las autoridades programan desde mayo apagones de hasta 12 horas diarias en algunas regiones del país. Desde entonces se han registrado una veintena de protestas en localidades del interior de la isla.

Cuba tiene actualmente una capacidad de distribución de energía promedio de 2.500 megawatts, insuficiente para la demanda de los hogares en horarios de máximo consumo, que alcanza los 2.900 megawatts, según información oficial.