Estando en Fase 4 algunas actividades están prohibidas. Sabemos del desgaste que genera el estar tanto tiempo sin poder hacerlas. El perjuicio económico que conlleva a varias actividades sin poder llevarse a cabo.

Sin embargo, gran cantidad de marplatenses salieron el domingo a recrearse, no respetando lo establecido por un municipio que está en la fase mencionada, no controla los paseos y lugares de esparcimiento y se convive con un “aroma” de Fase 5 en donde julio nos azotó con gran cantidad de contagiados de coronavirus.

Las libertades que nos tomamos para salir, reunirnos con amigos y seres queridos, fiestas y cumpleaños.

Ayer fue un día en donde se vio muchas salidas, caminatas extensas fuera de los horarios establecidos, encuentro de más personas, un domingo descontrolado. Decimos descontrolado ya que no hay ningún tipo de control por parte del municipio de este estado que nos inventamos, no está escrito en ningún decreto y nos es perjudicial a todos. Por los riesgos que nos generan. El coordinador del SAME sostuvo que “muchos contagios se generan por reuniones sociales”.

Empezamos por el final del día.

El acceso a la ciudad desde el sur se mostraba totalmente colapsado. Cientos de autos volviendo de paseos, reuniones. Cero control. Al mismo tiempo, en la intersección de Tejedor y Estrada ONCE personas en la vía pública discutían como organizarse para ir a un cumpleaños. Seis de ellas sin tapaboca. Una de ellas, a los gritos trata de armonizar los criterios: “En mi camioneta entran TRES adelante y TRES atrás, el resto en un taxi”. La respuesta dejo desconcertados a todos: “¿Y quién lleva la torta?”. Segundos de silencio. Seguimos la recorrida y desconocemos el final del desenlace, pero el escenario era dantesco.

Durante la mañana pasó de todo: gente trotando, caminando, sacando al perro, adolescentes con los skates. El paseo costero desbordado.

Todo estaba permitido. Mucho de todo esto no está permitido. Pero quién debe controlar, no lo hace y por omisión, permite. Y avala.

En cabo Corrientes el panorama no era muy diferente:

Viendo algunas escenas una vecina nos relata:

“Hay ciertas actividades que están prohibidas y está es una de ellas, verdaderamente una vergüenza que el municipio no controle y una irresponsabilidad social quién sabiendo que no es posible realizar este tipo de actividades sin importar la salud de todos aquellos que hacen un esfuerzo se pongan en un espacio como Cabo Corrientes un domingo a media mañana a hacer una clase de danza”

Además manifiesta con respecto a los controles que “Hechos llamados al Municipio y a las autoridades policiales nafie se presentó y consecuentemente la actividad continuó a la vista de todos. Cuando hablamos de marplatenses responsables también hay que señalar a quienes no lo son y aún a quienes deben controlar tomar los recaudos para que hechos como estos no se repitan. Sin distancia, sin protocolo alguno, sin permisos y en un lugar de todos donde no todos pueden hacer lo que quieren”

Indignante. En la recorrida también pudimos encontrar gente en el agua fuera de horario, marplatenses en la playa. Cada cual hace lo que quiere.

El día ayudó a tomarse licencias. Es el Estado a través del municipio realizar los controles necesarios para evitar tanto movimiento. Pero no se percibió ningún tipo de presencia municipal en todo el día.

Debemos cuidarnos y cuidar a los demás. Es la única forma de bajar los contagios. Mar del Plata no es una isla en donde estamos inmunes. En algún momento, estas acciones nos pasarán factura. Y el intendente debería pagarla.