Por videollamada y en apenas unos minutos, Uber le informó a unos 3.500 empleados que serán despedidos de la compañía. Asimismo, días atrás comunicó que cierra 45 oficinas y señaló que se comprometerá a revisar sus proyectos no centrales en un intento por navegar la emergencia del coronavirus.

La noticia rebotó con fuerza en Argentina y el Sindicato de Choferes Particulares, que agremia conductores de Uber manifestó su «más enérgico repudio y rechazo a esta actitud que denota no sólo falta de solidaridad y justicia sino además la fragilidad de un sistema de relaciones laborales que no garantiza continuidad ni protección a los trabajadores».

«En la Argentina hemos suscripto el CCT 709/15 que impone la registración e indemnización de los Choferes Particulares, al que no ha querido adherir Uber», explicaron desde la organización.

Por ello el gremio se declaró en estado de alerta y movilización «por los eventuales despidos y suspensiones que puedan llevar a cabo en nuestro país».

«Una vez más queda demostrado que debe regularse esta actividad y hacer responsables a los empleadores que encubren una relación de dependencia y esquivan sus obligaciones laborales», concluyeron.