El peso de los salarios en la producción retrocedió 3,8 puntos al primer trimestre de este año. Además, se espera que los sueldos cedan contra la inflación en 2021.

La pandemia llenó aún más los bolsillos de los millonarios y sumergió en la pobreza a familias desde la clase media. Esto tuvo su correlato dentro de las empresas, donde implicó una pérdida de terreno de los trabajadores en lo producido. El fenómeno se replicó en todo el globo y en Argentina profundizó un proceso que ya había comenzado con Cambiemos. A pesar del panorama general negativo, la evolución resultó dispar y se destacaron avances en algunos rubros.

La participación de la remuneración en el valor agregado bruto (VAB) total bajó del 49,8% al 46,1% entre el primer trimestre de 2020 y el mismo período de 2021, último período del que se tiene registro, según se desprende de la cuenta generación del ingreso que mide el Indec. Esto quiere decir que en el último año cayó 3,78 puntos porcentuales la proporción que ocupa el salario en lo producido por las empresas.

La diferencia se ensancha aún más si se compara desde el inicio del macrismo. El peso de los ingresos de los trabajadores asalariados en el VAB pasó del 54,2% en el primer trimestre de 2016 al 46,1% en el de 2021. En este lapso el derrumbe fue de 8,1 puntos porcentuales.

Los que más participación perdieron

La mayor pérdida en los últimos doce meses relevados la sufrieron los trabajadores rurales. El peso de sus ingresos mermó dentro del VAB en 9,1 puntos porcentuales al primer trimestre de 2021. En contraste con esto, los buenos precios internacionales de las commodities le permitieron al sector registrar un ingreso de divisas récord por las exportaciones agroindustriales. Esto al punto de que en los primeros siete meses de este año se liquidó casi la misma cantidad de dólares que en todo 2020.

Los ingresos de la construcción cedieron 8,7 p.p. frente al VAB y les siguieron de cerca los industriales (6,3 p.p.). Debajo, los empleados de comercio (4,8 p.p.) y los de explotación de minas y canteras (4,1 p.p.). Estos fueron los cinco rubros en los que la fuerza laboral perdió terreno y, por lo tanto, habilitan un mayor potencial de recuperar los salarios de los empleados.

La pérdida de terreno de las remuneraciones de los trabajadores industriales resulta llamativa puesto que el sector se ubica entre los que lidera la recuperación económica. De hecho, CEP XXI anticipó un crecimiento de la producción industrial del 3,9% en julio respecto al mismo mes de 2019 y del 5,2% por encima del promedio de ese año. Estos datos reafirman la tendencia positiva de junio, mes en el cual la actividad industrial alcanzó el mayor nivel desde mayo de 2018, tras las caídas que generó la segunda ola durante abril y, sobre todo, mayo.

Todo esto se dio en un contexto en el que se espera que los salarios generales de la economía vuelvan a perder poder adquisitivo. Con los acuerdos paritarios alcanzados hasta el momento, los sueldos se reducirán 3,8% en términos reales al finalizar este año, de acuerdo a las proyecciones de CETyD (IDAES y UNSAM).

Los trabajadores que tienen menos peso sobre el producto

Los sueldos del sector de agricultura, ganadería, caza y silvicultura ocuparon la menor proporción respecto al valor agregado bruto. En comparación a los ingresos representaron el 20,8% del VAB a comienzos de este año.

Este hecho que se dio en el campo resulta llamativo, puesto que en Argentina se trata de una actividad trabajo extensiva, que no demanda cuantiosas inversiones de capital. La causa se observó en la otra cara de la moneda: la participación del excedente de explotación bruto se incrementó hasta el 66,9%.

Detrás le siguieron los empleos relativos a explotación de minas y canteros, con un 26,1% del peso versus un 78,1% del excedente de explotación bruto. Por los mismos niveles se ubicaron los trabajadores de comercio mayorista, minorista y reparaciones (27,6%). Ellos perdieron 4,7 p.p. en los últimos dos años, mientras que los empresarios ganaron 3,9 p.p. hasta llevarse el 41,3%.

La transferencia de ingresos desde el mandato de Cambiemos

Durante el macrismo se dio una transferencia de ingresos desde los trabajadores hacia las empresas. A lo largo de ese período, mientras los salarios perdían contra la inflación, las ganancias de las empresas se incrementaban.

El macrismo destruyó 25.000 PYMES en sus cuatro años, lo que golpeó en toda la economía. Si bien desde la asunción del Frente de Todos mejoraron los indicadores, no se alcanzó a recuperar lo perdido en muchos de los sectores.

La mayor pérdida la sufrieron los trabajadores industriales, a quienes les implicó un derrumbe del 16,3% de la participación de su remuneración en el valor agregado bruto del sector entre el primer trimestre de 2016 y la misma etapa de 2021.

Los empleados de comercio también perdieron terreno: 11,4% en idéntico período. Por detrás les siguieron los trabajadores de minas y canteras (7,1%), construcción (7%) y del campo (6,8%). Fue menor la caída en el peso relativo de los ingresos sobre el VAB en los rubros de transporte (4,7%) y enseñanza (2,6%), que ya consiguieron recuperarlo a comienzos de este año.

Los vaivenes de los salarios

Desde la pandemia, tanto salarios como ganancias se contrajeron. Hacia el final de 2020 el escenario comenzó a reconfigurarse y la rentabilidad de las empresas empezó a recomponerse, mientras los ingresos de los trabajadores continuaron rezagados. Como correlato de esta situación, la participación de las ganancias empresarias en el ingreso del sector privado se incrementó de 2019 a comienzos de 2021, al tiempo que la de los salarios se redujo. Como analizó en uno de sus informes CETyD, esto reflejó un elevado nivel de heterogeneidad inter e intra sectorial.

Entre fines de 2015 y la última parte de 2019 los salarios no sólo perdieron el 19% de su poder adquisitivo, sino que también redujeron su participación en el ingreso. En simultáneo, las ganancias de las empresas mejoraron su posicionamiento relativo, evidenciando así que durante el período de referencia tuvo lugar un proceso de transferencia de ingresos desde los trabajadores hacia las empresas.

Durante 2020 tanto la masa salarial (es decir, la suma de los salarios percibidos por el conjunto de los trabajadores) como las ganancias de las empresas perdieron contra la inflación y se contrajeron en términos reales 8% y 9%, respectivamente. Sin embargo, la importante caída que se registró durante dicho año en los impuestos netos de subsidios permitió que ambos mejoraran levemente su participación en el ingreso.

El último período se puede resumir con una caída del 19% del poder adquisitivo de los salarios entre agosto de 2017 y diciembre de 2019. Tras ello, recuperaron una parte durante los primeros meses de 2020, pero ese proceso fue interrumpido por la pandemia. En 2021 los sueldos corren detrás de los precios, por lo que este centro de estudios proyecta que los trabajadores perderán el 3,8% de su capacidad de compra.

Ahora bien, hacia el final del 2020 el escenario comenzó a reconfigurarse y las ganancias empresarias empezaron a recomponerse. En efecto, entre los cuartos trimestres de 2019 y 2020 el excedente de explotación bruto se incrementó un 39% en términos nominales, contra un índice de precios que aumentó 36,2% durante el mismo período. Esto resultó en un aumento en términos reales del 2%, resaltó CETyD. Por su parte, la masa salarial creció un 28% durante ese mismo período, lo cual implicó una pérdida de su poder adquisitivo del 6,4%.

Como correlato de esta situación, la participación de las ganancias empresarias en el ingreso del sector privado se incrementó del 42,5% al 45,2% entre los cuartos trimestres de 2019 y 2020. En simultáneo, la participación de los salarios se redujo del 37,2% al 35,8%.

En definitiva, durante 2020 tuvo lugar una retracción tanto de los salarios como de las ganancias de las empresas. Sin embargo, durante los últimos meses del año las ganancias comenzaron a recomponerse mientras los ingresos de los trabajadores continuaban rezagados y así las empresas mejoraron su participación en la distribución del ingreso. De todos modos, estas tendencias generales sobre la evolución de la rentabilidad guardan en su interior un muy elevado nivel de heterogeneidad tanto entre los distintos sectores de actividad como al interior de cada uno de ellos.

El sueldo del día se produce en menos de dos horas de trabajo

En el marco del debate de la reducción de la jornada laboral y en pos de demostrar que no debe implicar un recorte salarial, el economista Claudio Lozano calculó que los empleados producen en menos de dos horas el equivalente al sueldo que recibe por un día de trabajo.

El pre candidato de Unidad Popular en el Frente de Todos y director del Banco Nación estimó que los ocupados destinan 1 hora y 45 minutos de una jornada laboral de 8 horas para producir el equivalente al valor de su salario. Por lo tanto, el resto del tiempo (6 horas y 15 minutos) lo dedican a producir un excedente que es apropiado en primera instancia por los empresarios.

“Si el tiempo de trabajo dedicado a generar las ganancias y otros conceptos no salariales es el triple del tiempo de trabajo pagado, no hay razones para justificar que la reducción de la jornada laboral implica recorte salarial”, esgrimió Lozano.

El Destape