Detrás de la captura del pesquero surcoreano “O Yang 77” por parte del Guardacostas Mantilla de Prefectura el pasado jueves después de las 3 de la tarde, puede existir una historia más trémula que la de obtener recursos pesqueros de manera ilegal.

La justicia federal de Comodoro Rivadavia investiga la posible existencia de delitos mucho más graves, como el trabajo esclavo, abusos sexuales y diversos maltratos y hacinamiento entre la tripulación de 45 trabajadores que embarcaban a bordo del arrastrero extranjero de más de 60 metros de eslora y habitaban en condiciones absolutamente precarias, vulnerando las mínimas condiciones humanas y los acuerdos que argentina ha suscripto en el marco de la OIT.

Tras arribar en las últimas horas al puerto, las primeras diligencias judiciales fueron ordenadas por la jueza subrogante Yañez, y tuvieron que ver con tomar declaración al capitán, identificar a la tripulación y certificar las condiciones de vida a bordo. Pasado el fin de semana la causa girará a la jueza federal Eva Parcio de Seleme

Los antecedentes de barcos gemelos al “O Yang 77” hacen pensar en la repetición de violaciones a los derechos humanos. En el reporte de la ONG “Océanos Sanos”, divulgado el año pasado, los “O Yang” tienen un párrafo especial plagado de hechos terroríficos, de acuerdo a una reseña publicada el viernes en Revista Puerto.

El “O Yang 70”, se hunde en aguas de Nueva Zelanda en el 2010 y mueren 6 tripulantes. Su justicia sí investiga y genera condenas. El barco tenía serias fallas de seguridad, problemas de entrenamiento de la tripulación, mal comando e incumplimiento de normas esenciales de navegación y pesca.

En 2011 toda la tripulación -32 marineros indonesios- huyó del “O Yang 75” por acoso sexual y maltratos a bordo. La situación se convirtió en una causa pública en Nueva Zelanda. Un año después dos buques hermanos, el “O Yang 75” y el “O Yang 77”, fueron embargados por el gobierno de Nueva Zelanda por delitos de pesca, incluyendo la falsa declaración, el descarte ilegal y el vertido ilegal de aceite al mar.

La Universidad Business School de Auckland reveló la situación de vulnerabilidad que sufría la tripulación de los “O Yang”. Salarios bajos, malos tratos, abusos sexuales, rodeados de ratas y cucarachas, y consumiendo alimentos en mal estado para sobrevivir.

Luego de pagar la multa de 400 mil dólares el “O Yang 77” comenzó a operar en el atlántico sur, con apoyo vital del puerto de Montevideo, donde la flota extranjera artífice de la pesca ilegal, no reglamentada y no declarada recibe respaldo logístico para mantener su impunidad ante el silencio de Argentina y la vista gorda de la propia FAO. El “O Yang 77” había salido del puerto de Montevideo el pasado 5 de enero.

El año pasado Prefectura capturó al buque español “Playa Pesmar Uno” con más de 300 toneladas en bodega y la Subsecretaría de Pesca le aplicó una multa de 24 millones de pesos, entre la multa por violar la ley federal de pesca y la valuación de la carga, para liberar el buque.

El “O Yang 77” tenía 130 toneladas en bodega al momento de ser interceptado al 45º26´ S y 60º39´ W, 0,1 millas náuticas del límite exterior de la zona económica exclusiva por el Guardacosta Mantilla. El buque no opuso resistencia y fue abordado por efectivos de Prefectura y un inspector de la Subsecretaría de Pesca.

El buque surcoreano es uno de los cientos que operan sobre la milla 201 saqueando recursos naturales argentinos. Su detención debería servir no solo para que la tripulación recupere libertades cercenadas sino también para que nuestro país plantee seriamente el rol de Montevideo/Uruguay como puerto/país cómplice de la pesca ilegal de la que el “O Yang 77” solo es un eslabón de una extensa cadena.

Por ROBERTO GARRONE, especialista en temas portuarios, Director de www.puertodepalos.net – artículo elaborado especialmente para elmarplatense