Ser contemporA?neos de Manu: de lo “inadmisible” imposible, del personaje de Disney que elijamos; nuestros predecesores, de acuerdo a banderA�as, nos habrA?n hablado del Expreso del 33, del gran Mario Marchesino, Di StA�fano, SA�vori, PelA�; el Santos, Altense, RattA�n ofuscando monarquéas, Animals…
Qué alivio haber nacido en A�sta A�poca; cA?mo explicar a Manu? CA?mo contarlo?
A sus 10, despuntando, esmirriadito, zurdo flacucho, difuminA?ndose, (A�poca en la que A�bamos a los cines a descubrir la Star Wars NBA, del Dr. J).
A sus 20, navegando seleccionados, bautismos internacionales: Grecia 98, sacA?ndole el puesto a Racca, jugador nA?mero 12, en la cognitiva y luminosa Atenas. Junto a Pepe, (descubrA�a Atenas, con el aura de PlatA?n), algunos puntos “basura” de Emanuel a Lituania, cuando Lamas le daba los minutos “nada”.
A los 30, ya campeA?n NBA, en la curva cA?smica mA?s impensada, en la historia deportiva de AmA�rica Latina.
A los 40, clutch aA?n en San Antonio, donde algunos videos, quieren hacerme creer, que anoche, irrumpiA? hacia el aro, y la volcA?.
Menos mal que al ser contemporA?neos-testigos, de Las rutas de Emanuel; estamos sobreseA�dos de contar una historia que nadie nos creerA�a…