En el marco de una jornada de lucha que se replicó en distintos puntos del país, Mar del Plata fue protagonista de una concentración en las inmediaciones del Municipio para detener la instalación de plataformas petroleras.

En mayo de 2019, mediante Concurso Publico Internacional, la Secretaria de Energía adjudicó 18 áreas marítimas en la Plataforma Continental a las corporaciones petroleras, para la exploración y explotación de petróleo y gas. A su vez, asignó de manera directa el bloque CAN 100, a la empresa YPF, quien en 2020 compartió la titularidad con las empresas EQUINOR y SHELL.

En febrero de 2020, EQUINOR presentó un proyecto para realizar exploración sísmica en los bloques CAN 100, 108 y 114, para el cual debió iniciar un proceso de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) ante el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. El 1 de Julio de 2021, se realizó una Audiencia Pública Virtual, no vinculante, convocada por el Ministerio con sólo 10 días de anticipación y “sin brindar información suficiente” a las comunidades afectadas. A pesar de ello, fueron mayoritarias las voces que se expresaron en contra de la instalación de proyectos petroleros en el mar, así como las acciones callejeras que se multiplicaron en los territorios costeros durante estos meses.

El pasado 30 de diciembre, se publicó mediante Boletín Oficial la Resolución del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, a través se da por concluida la EIA del proyecto presentado por EQUINOR y se autorizó a la empresa a realizar exploración sísmica en los bloques CAN 108 y 114, “desoyendo el reclamo de las comunidades costeras”.

“Los bloques de la Cuenca Argentina Norte (CAN) están ubicados en una zona considerada un corredor biológico en el Mar Argentino, por su riqueza y biodiversidad. La exploración sísmica se realiza a través de bombas sonoras que impactan en el subsuelo marino, para determinar dónde hacer los pozos. Estos estruendos afectan todo el ecosistema marino y resultan totalmente dañinos para la flora y fauna. El ruido generado por la sísmica puede provocar discapacidad auditiva, lesiones masivas e incluso la muerte por ahogamiento o varamientos en animales como ballenas y delfines. En tanto las poblaciones de peces, mueren, dejan de reproducirse o se alejan de sus hábitats naturales. Una vez iniciada la extracción de petróleo, las posibilidades de daño ambiental aumentan, ya que debido a las condiciones extremas que se dan en el mar, las probabilidades de accidentes y derrames son enormes (Según UNICEN son de un 100%). Si esto avanza se destruirá el mar y toda la vida que él alberga, así como también a las economías regionales al afectar la actividad pesquera y el turismo. Así mismo, la explotación petrolera impactará fuertemente sobre el desarrollo socio-cultural, recreativo y deportivo vinculado al mar, que identifica a las ciudades costeras”, explicaron desde la Asamblea por un Mar libre de petroleras.

“Como parte del proceso de resistencia que venimos desarrollando las comunidades costeras, desde la Asamblea  declaramos que el extractivismo petrolero no tiene lugar en nuestro territorio, y que no estamos dispuestxs a entregar los bienes comunes al servicio de las corporaciones”, aseveraron.

Por eso, “exigimos al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, y a todas las autoridades municipales, provinciales y nacionales que anulen las adjudicaciones de áreas marítimas y los permisos otorgados a las empresas petroleras para hacer exploración sísmica y explotación de hidrocarburos en el mar.