Mariela, una vecina de la zona, brindó detalles de las condiciones del mismo. Calles intransitables que sólo son reparadas por la llegada de las elecciones. La falta de  luminarias y la ausencia de fáciles accesos para entrar y salir del lugar, son temas que dificultan la vida de la comunidad.

El barrio San Jorge está ubicado al oeste de la ciudad, entre la Av Colón y la conexión de la Av Luro con la Ruta 226 y hasta la calle Tarantino. “Es pequeño pero lo suficientemente grande para albergar varias problemáticas,” explicó una vecina.

Mariela es vecina de la zona e hizo un relevamiento de las condiciones que tiene el barrio para el portal digital MdpYa. A continuación, compartimos su testimonio:

Entre las problemáticas más comunes a los barrios de la zona y de toda la periferia, es el mal estado de las calles (de tierra en el mejor de los casos), las cuales solo se reparan cada dos años, coincidiendo con el calendario escolar.

Las lluvias, el tránsito, el tiempo transcurrido y las pérdidas de la red de agua  generaron que varias calles sean directamente intransitables.  Son un conjunto de enormes pozos con agua y barro. Actualmente, a 7 semanas de las PASO, se están rellenando esas calles intransitables y reparando el resto, pero sin saber cuándo volverán a ser intervenidas.

Sumado a la falta de luminarias y el estado de las calles, el barrio tiene un problema histórico y es que no cuenta con una salida directa hacia Luro (Ruta 226). Esto es consecuencia de un paredón que prácticamente esconde al barrio y sus “miserias”, además de no tener pasos peatonales adecuados y menos aún para la circulación de vehículos.

Para acceder a algún colectivo de los que circulan por Luro debemos trasladarnos por Rivadavia hasta Ramón Carrillo y de ahí hasta la avenida, los vecinos más alejados prácticamente deben caminar 15 cuadras cuando quizás la avenida la tienen a 5.

Otra situación que se repite desde siempre, pero que en pandemia preocupa más aun, es la falta de turnos e insumos en el CAPS Ameghino, del cual dependen otros barrios como La Herradura, Hipódromo o Santa Rosa de Lima.

Para conseguir un turno clínico las vecinas,  que son mayormente quienes están a cargo del cuidado en sus familias, deben hacer fila desde las 5 am o antes, si es para alguno de los especialistas. Cuando logran ser atendidos siempre cuentan con la medicación suficiente para cumplir con los tratamientos, pero la realidad de todos los meses es cuando llega leche para los bebes, no alcanza a cubrir la demanda de los barrios.

Lara E. Franco – Redacción MdpYa