Julián Suárez se sumó a las bajas del gabinete de Javier Milei. El ahora ex director de Control y Fiscalización Pesquera presentó este martes su renuncia “indeclinable” ante el subsecretario de Pesca y Agricultura de la Nación, José Antonio López Cazorla. Disputas con Cancillería y reticencia a generar despidos y a desregularizar la industria fueron motivos para su decisión.

Suárez asumió en ese cargo en 2020, durante la presidencia de Alberto Fernández. Ante el cambio de gestión, aseguran que fue el propio López Cazorla quien le solicitó al director que permaneciera en su tiempo, al menos durante un periodo prudencial, para poder subirse a la calidad de diálogo de la que Suárez gozaba con cámaras y empresas pesqueras.

Sin embargo, esa estrategia no llegó a buen puerto. Es que el funcionario saliente se negó a obedecer las órdenes de Cancillería que lo desalentaban a ordenar el inmediato regreso del barco chino Tai An. El buque en cuestión había sido denunciado por las empresas Argenova, Estremar y Pesantar por pescar merluza negra de manera ilegal en zona de exclusión. 

Tal orden estuvo a cargo de Pablo Ferrara, funcionario de Cancillería y sobrino de su titular, Diana Mondino. Esa directiva se enmarca en otras decisiones del actual gobierno con el que Suárez no estuvo de acuerdo, como confeccionar una lista de 50 trabajadores y trabajadoras que serían despedidas, y eliminar documentación ad hoc que permitiera desregularizar a la industria pesquera de hecho. 

Fue por el cúmulo de estas y otras situaciones de tensión y desacuerdo ideológico que llevaron a Julián Suárez a presentar su renuncia a su cargo este martes.